Explora Fox nuevos mercados

AutorBenito Jiménez

MURAL / Enviado

MARRAKECH, Marruecos.- "Estoy impresionado", dice el Presidente Fox ante el espectáculo que tenía enfrente.

Una plaza gigantesca, miles de personas haciendo comercio, encantadores dominando a una serpiente, mujeres vendiendo infinidad de hierbas medicinales. Un avispero.

Los Mercedes Benz llaman la atención de la gente, que se arremolina en torno al mandatario mexicano, el primero en realizar una visita de Estado a este país africano.

"Son mecsicanos, mira", se oye. El español es uno de los ocho idiomas que se hablan aquí.

El Rey Mohammed VI habla seis, y en uno de ellos dio una breve explicación a Fox sobre la importancia de la Plaza Jemma el-Fna, antes de que el Presidente la visitara.

El sitio -utilizado en algún momento para las ejecuciones- es una plancha abierta donde circulan motos, bicicletas y personas en todas direcciones. Lo milagroso es que no choquen unas con otras. No hay banquetas, la iluminación artificial es tenue y el calor y el frío se suceden en cuestión de minutos.

Y Fox ahí en medio, caminando a las 18:00 horas, de corbata y rodeado de escoltas rudos que quitan a jalones las grabadoras de los reporteros. "Fuera, fuera", espetan a quien se acerque.

Marta Sahagún se interna en el bullicio del mercado, acompañada por José Fox y Ana Cristina Fox -hermano e hija del Presidente- y por el empresario Federico Sada. La Primera Dama adquiere mascadas, chalinas y chuchería y media. El tono impresionado de su voz se mezcla con el regateo de los vendedores. Al final, todos salen con grandes bolsas.

En la plaza se encuentra el Café de France, sitio de reunión de los intelectuales locales. Hacia ahí dirige sus pasos el Presidente Vicente Fox. Se encuentra con el escritor español Juan Goytisolo -Premio Juan Rulfo en el 2004-, la historiadora marroquí Nadia Erzini y otra decena de personas.

En la terraza del café, cerrado para la ocasión, hablan de la migración, de las similitudes de México y Marruecos como países expulsores, y de las oportunidades para incrementar el comercio bilateral.

El presidente se asoma a la plaza y observa, en el crepúsculo, a los vendedores de frutas espantando a las moscas, a los turistas con serpientes en el cuello colocadas por encantadores o perseguidos por marroquíes con un recuerdo en la mano, a los niños...

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