Exigen vecinos justicia

AutorRubén Zermeño

IZCALLI.- Cuando el cuerpo de Liliana recorrió por última vez las calles en las que vivió, el balón de una cáscara llanera paró, los mecánicos de un taller se quitaron la gorra y salieron a despedirla.

Detrás de ella por lo menos 500 habitantes de la Colonia Luis Echeverría, acompañaron a sus padres con el mismo sentimiento de dolor, miedo, impotencia y hartazgo.

Todos sus compañeros, maestros y directivos de la escuela en la que estudió, la Secundaria número 21, con los ojos en llanto y la voz entre cortada gritaron a su paso "Se ve, se siente, Liliana está presente".

Adelante y atrás del cortejo fúnebre de la menor que fue secuestrada y encontrada muerta el pasado 2 de diciembre, la escoltaban cuatro patrullas del municipio, las cuales a decir de una vecina la debieron de haber cuidado en vida.

Y es que amigos cercanos a la familia reiteraron que durante los ocho días en los que Liliana estuvo desaparecida, luego de ser secuestrada al salir de la secundaria, no recibieron apoyo por parte de las autoridades municipales.

Afuera de la Iglesia Santiago Apóstol, en la Colonia Santiago Tepalcapa, lugar donde se ofició la misa de cuerpo presente, compañeros de la banda de guerra escribían en cartulinas mensajes de hartazgo contra el gobierno municipal y exigían justicia para el caso de Liliana.

Los alumnos manifestaron que en los alrededores de la...

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