Exigen mano firme a papás y colegios

AutorJessica Castañeda

¿Cuándo y por qué surgió una generación de adolescentes capaces de participar en actos vandálicos como el que protagonizaron alumnos de secundaria del Colegio Americano?

El fenómeno es reciente, de acuerdo con maestros y especialistas en educación, y su causa es multifactorial, aunque sobresale el que falta una mano firme de los papás hacia los hijos.

"Sí ha habido un incremento en la violencia (en los jóvenes). Antes vivían de otra manera. Sí salían, se divertían, iban a bailar con sus amigos, pero no en ese plan de destruir y hacer tropelías", dijo Adriana Cotera, directora del Colegio Montessori Sierra Madre y con 30 años de experiencia docente.

El martes, un artículo editorial de EL NORTE difundió el caso de un padre de familia del Colegio Americano, uno de los más exclusivos de la Ciudad, cuya residencia fue vandalizada por 18 alumnos de secundaria. Los adolescentes destruyeron muebles y dañaron la casa con orines y excremento.

Tras el incidente, tres estudiantes fueron expulsados y otros tres quedaron suspendidos. Sus mamás, ante los hechos, actuaron con incredulidad.

Para Cotera, ante la ausencia de los padres en la vida de los hijos por cuestiones laborales o sociales, se hacen presentes otros "educadores", como la televisión, las revistas y el internet.

Raúl Calderón, neurólogo especialista en niños y adolescentes, consideró que la nueva generación de adolescentes surge de hogares donde papá y mamá trabajan, y el menor en casa sólo es atendido por la servidumbre.

"Algo que nos falta en los colegios no es nada más traer a alguien para un curso de valores, sino aplicarlo", opinó. "Y me da pena decirlo, pero algunas mamás que dan cursos de valores son las menos aptas para hacerlo, pues tienen los hijos más tremendos".

Una persona cercana al Colegio Americano comentó que los muchachos involucrados en el incidente culparon a los dueños de la casa afectada.

"No fue nuestra culpa, ya que no nos dejaron entrar al baño, tuvimos que ir al parque para hacer nuestras necesidades. Si nos hubieran dejado ir al baño de la casa, no hubiéramos entrado por la parte de atrás de la casa y haber hecho lo que hicimos", habría dicho uno de los alumnos.

Para Jesús Amaya, investigador en educación, este tipo de respuestas dimensiona el pensamiento juvenil.

"Es increíble la incapacidad que tienen estos muchachos de reconocer las consecuencias de sus actos. Viven un relativismo en donde todo es permitido y tienen excusas mínimas o ilógicas".

Firmeza en la...

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