Exigen más empleos y menos tragedias

AutorFrancisco Rivas

Corresponsal

PAHUATLÁN, Pue.- Para las familias de migrantes poblanos, mientras el Gobierno federal no ofrezca condiciones que arraiguen a la gente en sus comunidades, deben seguir encomendando a Dios a los paisanos.

"¡Ya, Dios, ahí los tienes!", lanza la plegaria Filomena Moreno al recibir los cuerpos de sus hijos, Diego y Eduardo, quienes fallecieron en un accidente automovilístico en Oklahoma, Estados Unidos, el pasado 14 de enero.

Los hermanos viajaban junto con otros cinco migrantes mexicanos a bordo de una camioneta minivan que derrapó en una carrera federal a causa de la nieve y se impactó contra un tráiler, lo que ocasionó la muerte de siete paisanos.

Desde el incidente carretero pasaron 13 días para volverlos a ver, aunque ahora les dará descanso eterno.

Llora y lamenta la pérdida de sus muchachos, pero con insistencia repite que era la voluntad del Señor.

"Dios los tiene en su gloria, y Dios sabe por qué suceden estas cosas, ahora se los encomendamos para que descansen en paz", dice doña Filomena a su nuera, Eva Elizalde.

Un par de carrozas cruzaron la comunidad de Pahuatlán, hasta llegar al barrio de Pahuatitla y parar afuera del domicilio de la familia Castillo Moreno, pasadas las 7:00 horas.

Junto con los dos vehículos funerarios arribó, en un auto aparte, Humberto Castillo, padre de los dos migrantes, quien al ver a su esposa, sólo exclamó: "Aquí están, juntos".

De inmediato, en un pequeño cuarto de la vivienda, colocaron los dos ataúdes, uno de color azul y otro gris, para velarlos. En el mismo sitio instalaron arreglos florales enviados por amigos y familiares cercanos.

La mamá de los jóvenes abrió los dos féretros para revisar si se trataba...

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