Exhortan a rescatar edificios de Barragán

AutorOscar Cid de León

Al tocar el timbre del departamento 1, en el edificio marcado con el número 33 de Río Mississippi, en la Colonia Cuauhtémoc, una mujer confirma, a través del interfón, lo que a simple vista ya puede adivinarse: el inmueble, de fachada desgastada y vidrios rotos, se encuentra abandonado parcialmente, sólo el piso que ella ocupa, de un total de cuatro, está ocupado, y que no conoce a ningún Luis Barragán.

Nacido en Guadalajara en 1902, con estudios en ingeniería civil y arquitectura, Barragán alcanzaría el nombramiento de Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2004 con su casa de Tacubaya, pero antes de ella levantó el inmueble de Río Mississippi, que al igual que otros ejemplos de su obra, erigidos entre 1936 y 1941 en la Ciudad de México, es protagonista de una historia de abandono.

En realidad, las propiedades de ese periodo, entre las cuales también se enlistan una casa deshabitada sobre Nuevo León, en la Condesa, y los deteriorados estudios que construyó frente a Plaza Melchor Ocampo, podrían calificarse, incluso, de ordinarios, reconoce la especialista Louis Noelle.

"Estamos hablando de un legado importante, pero sólo hablando a la distancia, porque, en realidad, ni el propio Barragán les dio importancia en su momento", recuerda la autora de Luis Barragán. Búsqueda y creatividad.

"Él los hizo con un sentido comercial", explica, "para clientes que buscaban una arquitectura que no fuera de altos costos, pero que al mismo tiempo generara buenos rendimientos, porque casi todos fueron levantados como edificios de producto, destinados a rentarse".

Noelle, incluso, asegura que su valor patrimonial es discutible, y es por eso que quizá no existen acciones importantes para su rescate.

Bernardo Gómez Pimienta, de BGP Arquitectura, despacho que llevó a cabo la restauración de una casa sobre Mazatlán No. 130, en la Colonia Condesa, reconoce que el principal valor de estos inmuebles es su autor, de quien este año se recuerda su 20 aniversario luctuoso.

Pero eso no significa que carezcan de importancia, precisa el arquitecto en coincidencia con Noelle y Catalina Corcuera, directora de la Casa Museo Luis Barragán, pues se trata de construcciones bien fundamentadas, "cajitas funcionalistas" que fueron punta de lanza dentro de la arquitectura contemporánea mexicana.

Es así que los propietarios deberían tomar conciencia y restaurarlas, opina Noelle. "Pues tienen en sus manos mucho más de lo que ellos piensan poseer".

La restauración no es cosa fácil...

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