Exhibe Revolución rostros anónimos

AutorYanireth Israde

La guerra no sólo es el fragor en los campos de batalla. Su estrépito se resiente en todas partes y propaga hambre, sed, desolación, enfermedad, rabia e incertidumbre, como se constata en la exposición fotográfica que el INAH abrirá el jueves en casi 30 recintos del País para recordar la Revolución Mexicana desde diversos encuadres, más allá de milicias y caudillos.

La mayoría de las 145 imágenes que incluye Testimonios de una guerra serán una novedad para el público, adelanta el investigador John Mraz, curador de la muestra, y Lourdes Herrasti, coordinadora de Museos y Exposiciones del INAH.

"Fue la Revolución más retratada del mundo", dice el primero. "No olvidemos que esta guerra civil se prolongó diez años y es también el conflicto del que más imágenes se conservan".

Por eso, más que "héroes" desfilando ante las cámaras, la exposición revela cómo el conflicto armado sacudió y alteró la vida de pobladores anónimos.

"Vemos a gente esperando comida, agua, gente enferma con influenza española. Obviamente no hay fotos de violaciones por razones obvias, pero sí de mujeres con fusiles aprendiendo a autodefenderse", detalla el académico.

"Diría que es una exposición no de los revolucionarios, sino de los revolucionados, como dijo Luis González y González".

Se incluyen testimonios, uno de ellos precisamente de una soldadera que recuerda una violación masiva. "Ella comenta que los soldados de su grupo tomaron a mujeres del pueblo para violarlas, las soldaderas protestaron, al final decidieron abusar de todas".

Pero no todo es penuria, crueldad y muerte en el conjunto de imágenes que abarcan el periodo de 1910 a 1920. También se presentan momentos donde parece reinar la calma, con personas que realizan actividades cotidianas, por ejemplo caminar, complementa Herrasti.

"Vemos de todo", añade, "incluso al fotógrafo que corre tras una escena para capturarla".

Compromiso

Testimonios de una guerra, con imágenes provenientes principalmente de la Fototeca Nacional, trasciende la mera exhibición de imágenes y señala que los fotógrafos establecieron compromisos con las facciones políticas que retrataron, apunta Mraz.

El investigador profundiza este tema en el libro Fotografía a la Revolución Mexicana. Compromisos e Iconos, editado por el INAH y que estará listo la próxima semana, para empatarlo con el arranque de la exposición, cuyas sedes principales serán los museos del Carmen, en el DF, y el de la Revolución, en Ciudad Juárez.

Los caudillos contrataron...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR