Excavan arqueólogos centro de tortura urbano

AutorAlejandro Pairone

REFORMA / Argentina

BUENOS AIRES.- A diez calles de la Plaza de Mayo, el corazón político de la Argentina, un equipo de arqueólogos excava el sitio donde se encontraba el campo clandestino de detención y tortura conocido como Club Atlético, uno de los casi 300 que operaron durante el periodo de la dictadura militar, entre 1976 y 1983, recinto en el que se calcula desaparecieron entre mil 500 y mil 800 personas.

El Club Atlético se localizaba en el centro de Buenos Aires y, a diferencia de otros que fueron demolidos o transformados por los militares, fue cubierto por toneladas de tierra y escombros, lo que permite suponer que los sótanos donde se hallaban las celdas pueden conservarse intactos.

La recuperación de este espacio es un viejo reclamo de los organismos de derechos humanos argentinos, concretado el pasado 13 de abril, cuando el Gobierno de Buenos Aires aportó los recursos necesarios para comenzar los trabajos.

El propósito de las excavaciones es "descubrir el lugar, hacerlo reconocible y preservable", señala Gabriela Alegre, directora general de Derechos Humanos del gobierno porteño.

Una vez excavado el campo, se instalarán pasarelas para que los visitantes puedan recorrer el lugar. Pero también se proyecta montar un museo donde se cuente la historia de lo ocurrido durante la dictadura militar, periodo en el que se calcula hubo 30 mil desaparecidos y torturados.

Primer Destino

Construido en 1903, el Club Atlético era un edificio de cuatro pisos donde durante décadas funcionó un depósito de suministros de la Policía Federal Argentina. Se localizaba 10 cuadras al sur de la Plaza de Mayo.

Tras el golpe de Estado de 1976, las Fuerzas Armadas remodelaron los sótanos, donde montaron 41 celdas individuales de 1.5 por 1.20 metros, dos celdas de aislamiento, salas de tortura, una enfermería y una celda colectiva conocida como "leonera", en cuyo reducido espacio se amontonaban los secuestrados más recientes.

El Atlético (desmantelado en 1977) era el primer destino de los desaparecidos; ahí sufrían las primeras torturas, mientras decidían asesinarlos o trasladarlos a otros campos.

Un año después, la dictadura demolió centenares de edificios en la zona sur de la ciudad para construir una autopista. Por ese motivo, el edificio original fue derribado, pero los sótanos donde se encontraban las celdas y las salas de tortura permanecieron intactos, sepultados bajo tierra y escombros.

"Se trata de dar vuelta a la historia: los sobrevivientes están...

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