La Evolución Internacional del Derecho
Doctor José María Abascal Zamora
En todo el mundo estamos viviendo un fenómeno que recuerda de modo sorprendente al que vivió la Europa de los siglos XII a XVI. Fue entonces cuando se redescubrieron rutas, vías y nuevos instrumentos de navegación, y surgió una nueva filosofía, cuyo fruto fue el Renacimiento. La civilización occidental despertó, en fin, del letargo en que había estado sumida durante la denominada Baja Edad Media, y una de las principales manifestaciones de ese despertar se dio en el comercio dentro las ciudades y en el de éstas entre sí.
Gran parte de este fenómeno es producto las Cruzadas, que provocaron un movimiento natural de pueblos con el consiguiente descubrimiento, asombro e intercambio de ideas; progreso por el intercambio y no pérdida de identidad.
Durante esa época comienzan los siervos a emigrar fuera del dominio del señor feudal y las ciudades, a crecer. La economía era agraria, feudal y de autoconsumo; por necesidad, pobre y limitada. Apta para concentrar la riqueza y el poder económico en el señor feudal. Sin embargo, ese estado de cosas tuvo que ceder ante el desarrollo del artesanado y del comercio citadinos. Las ciudades que tenían puertos hacia los mares Mediterráneo y del Norte, y acceso a las rutas interiores de comunicación, comenzaron a predominar por el desarrollo de su comercio, gran parte de él en torno a productos exóticos traídos desde las Indias; o a causa del artesanado que era su incipiente industria, como lo fue la de los paños en el norte de Italia y en los Países Bajos.
Así nacieron nuevas ciudades-Estados y grandes ligas internacionales: Barcelona, Burgos, las repúblicas de Venecia, Florencia, Pisa -muchas más en el mare nostrum-; y las de la Liga Hanseática entre los pueblos germánicos. Paralelamente surgieron por toda Europa las grandes ferias comerciales, en las que se negociaba intensamente con mercaderías; y luego las financieras, de letras de cambio, en donde incluso llegó a crearse una unidad monetaria de cuenta: el escudo de feria (o de mercado). Muchas manifestaciones de este desarrollo comercial pueden, desde la perspectiva de esa época, calificarse de internacionales.
Es evidente que los señores feudales primero, y los miembros de la nobleza después, opusieron toda clase de trabas a ese desarrollo. Se multiplicaron las alcabalas, los controles de cambios y todo tipo de restricciones y privilegios destinados a frenar el desarrollo...
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