Evocan amigos su voz

AutorJulieta Riveroll

A las siete de la mañana, una vez que había "devorado" los periódicos, el escritor Carlos Monsiváis (1938-2010) llamaba a sus amigos por teléfono para comentar los últimos acontecimientos del País o hablar -a veces mal- de las amistades en común.

Sostenía conversaciones telefónicas a diario con el caricaturista Rafael Barajas "El Fisgón", la antropóloga Marta Lamas, el economista Rolando Cordera, el ambientalista Iván Restrepo, los periodistas Jenaro Villamil y Jesús Ramírez Cuevas, y el filósofo Bolívar Echeverría, fallecido también el año pasado, y su esposa, la especialista en letras inglesas Raquel Serur.

"Echo de menos sus llamadas para comentar las noticias del día, las barrabasadas de la clase política o de los empresarios. Sus pifias, su racismo, su ignorancia, todo eso que destacaba Carlos con una capacidad y una mordacidad impresionantes. Esa interlocución, ese trato privilegiado, lo extraño mucho", confesó Ramírez Cuevas.

Atrás quedaron también las comidas dominicales, celebradas cada quince días, en las que un grupo de amigos, encabezado por Monsiváis, pasaba revista a la agenda nacional y cultural de México, ya fuera en el restaurante André, en la casa del escritor José María Pérez Gay o en la cafetería del Palacio de Bellas Artes.

"Mi vida personal se ha empobrecido sin Monsiváis. Era una fuente de riqueza", admitió Serur a un año del fallecimiento de su amigo, que se cumple mañana, 19 de junio.

En esas reuniones, el cronista solía dejar boquiabiertos a los asistentes, pues gracias a su memoria prodigiosa lo mismo citaba frases filosóficas que poemas y canciones, y a la vez enriquecía los trabajos académicos o periodísticos de los presentes.

"Siempre aportaba un elemento nuevo, una referencia histórica, un libro, un dato preciso que podía ayudar a ver con otros ojos los fenómenos", explicó Ramírez Cuevas.

Antes de que fuera hospitalizado en abril de 2010 por una fibrosis pulmonar, Monsiváis se veía los sábados en la cafebrería El Péndulo, de la Zona Rosa, con moneros como "El Fisgón" y Helguera, el periodista Javier Aranda Luna y otros amigos que compartían con él nuevas ediciones de libros de arte o literatura, relató Villamil, quien llegaba a recibir ocho o más llamadas telefónicas diarias del autor.

"El Fisgón" extraña los recorridos por la Plaza del Ángel para comprar antigüedades, y Alejandro Brito, director del suplemento Letra S, las tardes domingueras en las que se la pasaba viendo cine con Monsiváis.

"Gracias a Carlos...

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