Evoca Krauze las dos caras de Vasconcelos

AutorOscar Cid de León

La figura de José Vasconcelos, a través de sus dos perfiles que fueron sus extremos: el del gran inspirador, hombre de letras y demócrata, y el del mesiánico autoritario con inclinaciones al fascismo en que acabó convirtiéndose, fue evocada ayer por la noche en El Colegio Nacional durante una conversación entre el historiador Enrique Krauze y el crítico literario Christopher Domínguez Michael.

A través de la charla-conferencia Vigencia de Vasconcelos, los ponentes enaltecieron la obra del oaxaqueño, pero también inspeccionaron su rencor, la amargura de un político que, en el exilio, se volcó contra la democracia tras perder las elecciones presidenciales de 1929.

"Aquel fue el extraño exilio de un hombre, enormemente resentido, que profetiza contra su propio pueblo, contra México", consideró Krauze. "Según él, México le falló, y se necesita ser megalómano para creer en eso, pero también magnánimo. ¿Dónde está la frontera entra la megalomanía y la magnanimidad? Pues ahí, en esa frontera, se encuentra Vasconcelos".

Se sentía un mesiánico, recordó; había en él un germen autoritario. Tan autoritario, dijo, que de haber llegado a la Presidencia hubiera actuado peor que los mismos generales.

"Estoy diciendo, en otras palabras, que, como vigencia política, pienso que no hay mucho que aprender en Vasconcelos, salvo el mejor Vasconcelos, el de la campaña del 29, cuando aún era el Vasconcelos democrático", precisó el historiador.

Domínguez Michael aún vislumbra al Vasconcelos despreciable, el antidemócrata, en los candidatos que se dicen "defraudados", o en aquel que se llama así mismo Presidente Legítimo, en referencia clara a Andrés Manuel...

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