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Desde Europa

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Vincent

Ana Anabitarte, corresponsal

MADRID, España., marzo 30 (EL UNIVERSAL).- Hoy lunes un día más miembros de la gendarmería francesa, forenses, policías, científicos y bomberos van a continuar con las labores de rescate de las 150 personas que viajaban a bordo del avión que el copiloto estrelló voluntariamente en las montañas que rodean la localidad de Seyne-Les-Alps, en los Alpes franceses.

Será el séptimo día de trabajo de un accidente que ha conmocionado a Europa. Y como siempre, de dicha localidad, que se ha convertido en el centro de operaciones, saldrán medio centenar de vuelos de helicóptero para rastrear las dos hectáreas en donde han quedado dispersos los restos del avión. También como cada día medio centenar de personas trabajarán sobre el terreno buscando restos humanos que se enviarán a París donde están siendo analizados y comparados con los ADN (dado el impacto del avión es lo único que determinará la identidad de cada persona) recogidos de 5 mil de sus familiares a los que se les han tomado muestras en Alemania, Francia y España.

Pese a que mañana se cumple una semana del accidente no ha sido posible abrir un camino para que circulen por él vehículos todo terreno, lo que está ralentizando mucho las labores de rescate que sólo se pueden hacer en helicóptero o a pie. El terreno es montañoso y pedregoso así que la única manera de llegar es tras caminar cuatro horas o en helicóptero. Sin embargo se espera que hoy por la tarde lo consigan, lo que facilitará mucho el traslado de las piezas grandes del avión.

Hasta el momento los investigadores franceses han aislado ya el ADN de 78 de los 150 ocupantes del A320 de Germanwings pero no se ha identificado a ningún pasajero, ni siquiera el de Andreas Lubitz, el copiloto del avión que lo estrelló voluntariamente cuando el piloto había ido al baño. Pero esta semana el equipo de forenses analizará las pruebas de ADN para confirmar si Lubitz, de 27 años, había consumido o no medicación u otras sustancias horas antes del accidente. El piloto tenía problemas de visión y también estaba de baja por un trastorno mental aunque había ocultado el diagnóstico del médico, por lo que el análisis proporcionará información sobre lo ocurrido.

En Seyne-Les-Alps poco a poco la normalidad vuelve a sus calles. Apenas quedan periodistas y muchos de los familiares que han viajado para esperar noticias de los fallecidos han regresado a sus lugares de origen. Padres, madres, hermanos, parejas, hijos y hasta abuelos...

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