EU vuelve los ojos a Sudán

AutorJane Perlez

The New York Times

WASHINGTON.- Durante las casi dos décadas de guerra civil que ha consumido a Sudán, causando la muerte de millones de personas y alterando la forma de vida de muchos, Estados Unidos ha permanecido inmune.

Otra guerra, otro país, archivado en lo profundo de la mente. Sin embargo, repentinamente, el reflector está puesto en esta guerra, en un lugar donde tradicionalmente Washington ha sentido poco interés nacional.

Es, en cierta forma, un caso ejemplar de cómo una combinación curiosa, incluso caprichosa, de los acontecimientos súbitamente puede convertir a un conflicto distante y, casi olvidado, en un tema candente a los ojos de la Casa Blanca.

En este caso, el Gobierno del Presidente estadounidense, George W. Bush, está poniendo cada vez mayor atención en Sudán no por razones humanitarias, sino porque involucra a dos de sus intereses electorales locales más importantes: los petroleros y los religiosos.

El petróleo es un tema de interés porque empezó a fluir en Sudán en 1998 y aún a la fecha, las compañías estadounidenses no pueden operar ahí. Además, según una legislación pendiente en el Capitolio, las compañías petroleras extranjeras que operan ahí pronto podrían tener prohibido recaudar capital en Estados Unidos.

Mientras tanto, la derecha cristiana evangélica y la Iglesia católica, a las cuales la Casa Blanca está cortejando para la próxima elección presidencial, están enfrentadas. La Conferencia Nacional de Obispos Católicos ha pedido a Bush tratar con todas las partes involucradas en el conflicto sudanés para intentar poner fin a los combates. Pero los evangélicos han recomendando con igual urgencia que Estados Unidos arme a los rebeldes cristianos en el sur de Sudán de manera que puedan intensificar su lucha por la separación del Gobierno del norte, que es islámico y que ha estado esforzándose por extender la ley islámica a todo el país.

En esta confrontación de intereses recientemente intervino un legendario personaje sudanés: Sadiq al-Mahdi, un hombre educado en Oxford, quien fue elegido democráticamente Primer Ministro y que luego fue derrocado por una junta militar hace una década.

A principios de este mes, Sadiq al-Mahdi se reunió con el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, y ahora se encuentra en Washington recorriendo agencias gubernamentales, el Congreso e institutos de investigación. Esto no es una coincidencia.

Mahdi, hábil político, percibe una apertura hacia sí mismo y hacia su país, y considera que...

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