Estudios sin fin

AutorTania Romero

La mayoría de las licenciaturas en México se cursan en cuatro años; las especialidades, en uno; las maestrías, en dos, y los doctorados, en tres; pero hay una excepción: Medicina.

Dependiendo de la universidad donde se estudie, la carrera de Médico Cirujano dura de seis a siete años, incluyendo el servicio social y el año de internado, egresando como médicos generales.

Sin embargo, ahí no terminan sus estudios, pues la mayoría continúa con una especialidad, considerada como un posgrado, que puede llevarles hasta siete años más. Posteriormente, deben cursar diversas certificaciones.

"Quienes quieren seguir el camino del tratamiento de pacientes tienen que hacer una especialidad médica", explica Pedro Argüelles, director de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle.

"En otras carreras, la especialidad es un estudio de posgrado corto o de área terminal; pero, en nuestro caso, las especialidades más cortas duran tres años, como Anestesiología, y las más largas, como Neurocirugía, pueden durar hasta siete años".

Muchos médicos también optan por especializarse para obtener un mejor salario.

"El médico general tiene pocas expectativas de obtener un sueldo y vida dignos; por eso, desde que entran a la carrera, la toman únicamente como un paso para llegar a la especialidad; todos entran a Medicina sabiendo que faltan, mínimo, 10 años para terminar", afirma Argüelles.

El académico señala que, cuando estos estudiantes se gradúan de la especialidad, pueden estar cerca de los 28 años de edad y, el ultimo día de clases están, prácticamente, desempleados.

Un camino largo

Estudiar una especialidad de Medicina representa un gran esfuerzo, pues hay que llevar a cabo guardias largas en hospitales y realizar estudios muy fuertes.

"Es un esfuerzo brutal, un desgaste pavoroso, son estudios con una carga de trabajo que resulta impresionante; uno puede entrar a las 7:00 de la mañana y salir a las 16:00 horas del día siguiente", dice Argüelles.

En promedio, durante los dos primeros años, los alumnos de esta carrera cursan materias básicas en las aulas de su universidad y, en los otros dos realizan clínicas con pacientes.

Posteriormente, deben hacer un año de internado en un hospital; a lo que le sigue otro año de servicio social.

Al final de este proceso, sigue un pesado examen profesional que, de ser aprobado, le da derecho al estudiante a postularse a una especialidad, para la que debe aprobar el Examen Nacional de Aspirantes a las Residencias Médicas (ENARM).

"Durante el servicio social, los estudiantes se preparan también para presentar el ENARM que, normalmente, se aplica entre septiembre y octubre de cada año", apunta Argüelles.

"En promedio, en ese examen hay 25 mil sustentantes que aspiran a 5 mil 500 plazas en todo el País".

El proceso de admisión a las residencias médicas es complejo, pues luego de pasar el examen y quedar entre los mejor evaluados, los aspirantes deben aprobar el examen de selección que aplique cada hospital.

"Una especialidad de las más competidas es la de Otorrinolaringología, porque en todo el País sólo hay alrededor de 70 plazas disponibles", advierte.

"Entonces, si el alumno pasó el examen y quedó en el lugar 80, ya no entró, aunque haya salido muy bien".

El académico señala que, para los profesionales de la Medicina, el estudio es continuo, pues cada...

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