La del Estribo / El Padrino

"¡Todo menos una generación sin esperanza!"

Felipe Tena Ramírez

Hoy es miércoles cachondo, y con eso de que cada vez me parezco más a Marlon Brando (ignoro el origen de esta vil calumnia), la generación 1998-2003 de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca me eligió, bajo su propio riesgo, como su Padrino generacional.

Todavía no tengo claro las razones por las cuales me eligieron precisamente a mí, sobretodo cuando todavía no concluyo la carrera de Derecho, no se sorprendan, no se puede andar en el rock and roll y estudiar al mismo tiempo. Es más, no están ustedes para saberlo pero en mis épocas de estudiante universitario mis compañeros me llamaban con el apelativo cariñoso de "el caviar", por aquello de que era un huevón fino. Junto a mis compadres "El minuto Macías" (llevaba varios segundos), "El litro Zola" (hizo cuatro cuartos y de hecho nunca pasó de ahí), "El Drácula Rodríguez" (sólo se le veía de noche y chupando) y el inigualable "Cadáver Zavaleta" (nadie le dijo nunca que en realidad estaba muerto); formábamos la banda alcoholisaúrica de la Escuela Libre de Derecho.

Desgraciadamente, esos tiempos felices ya quedaron atrás pero gracias a mis ahijados, a su vitalidad, a sus ganas de conocer las experiencias adultas, a la esperanza de triunfar en la vida inscrita en cada mirada, pude recordar una de las mejores etapas de mi vida. Si me formé bien o mal eso todavía es subjetivo, pero el conjunto de anécdotas personales (unas felices y otras no tanto) finalmente son la herramienta con la que forjé mi peculiar personalidad.

El sábado llegamos a Oaxaca y todavía seguimos aquí, la ciudad prácticamente no ha cambiado nada desde que estuve por última vez, hace un poco más de dos años, cuando era yo todavía un feliz diputado de Acción Nacional, durante un encuentro nacional de legisladores locales de mi querido ex partido.

Claro que en dos años los cambios son casi imperceptibles, pero bueno, uno siempre entra en comparaciones y contrasta la última imagen del lugar con lo que la vista revela. Estoy hospedado a dos cuadras del zócalo oaxaqueño y por algunos momentos parece que estoy en el centro del Distrito Federal: tráfico, algunos vendedores ambulantes, manifestaciones, calor y gente, mucha gente.

Mis ahijados me han dado un trato de rey, como se les trata a los padrinos por acá. Dice mi...

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