La del Estribo / Gelista o el fascismo

"El PAN hace agua en el DF, el gobierno de la ciudad y su apéndice político el PRD le han ganado de todas, desde las batallas estrictamente electorales hasta el posicionamiento en la opinión pública, pasando por las batallas jurídicas, legislativas e incluso una que otra cuestión de orden moral. La responsabilidad directa de la debacle panista en la capital del país es atribuible en su totalidad a la incapacidad y miopía política demostrados por su conspicua dirigencia.

Durante años Acción Nacional en el DF fue un partido ascendente, incluso cuando en 1997 la ciudad se tiñó de amarillo por vez primera, el PAN se las arregló para mantenerse más o menos dentro de sus índices históricos de votación. A partir del efecto Fox parecía que el partido que tradicionalmente había representado a las clases medias urbanas por fin se posicionaba en zonas que tradicionalmente le habían sido vedadas, tales como Iztapalapa, las zonas populares de la delegación Gustavo A. Madero, el Centro Histórico, Tlatelolco, sólo por nombrar algunas.

En los umbrales del gobierno foxista el panorama para el panismo chilango resultaba inmejorable: el PRD se hacía pedazos internamente mientras sus tribus se culpaban unas a otras por el notable retroceso del partido del sol azteca en su tradicional bastión capitalino, la Asamblea Legislativa prometía pintarse de azul, las constantes fricciones entre la administración entrante encabezada por AMLO y la saliente de Rosario Robles se encaminaba a un choque de trenes que descarrilaría a toda la maquinaria perredista, además un PRI moribundo ya había entrado en coma mientras su mítica estructura se erosionaba más rápido que un castillo de arena.

Y cientos de miles de ciudadanos estaban dispuestos a apoyar con todo al nuevo presidente y a su partido. En resumidas cuentas, el PAN del DF tenía todos los ingredientes para hacer de esta entidad un verdadero polvorín político, pero como diría un canino cronista deportivo: "la tenía, era suya y la dejó ir". Los resultados de las pasadas elecciones no dejaron lugar a dudas, el blanquiazul fue arrollado por un ferrocarril amarillo y negro cuyo maquinista de origen tabasqueño todavía se dio el lujo de burlarse de sus adversarios "los pirruris" como les dice él a los panistas. De no ser por que Miguel Hidalgo lo defendieron con las uñas (ya sin Luege en la presidencia del partido) y Benito Juárez lo retuvieron gracias a la candidatura de Ricardo Pascoe Pierce que le quitó al PRD justo el 6%...

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