Estrena Amberes rostro trendy
| Autor | Inder Bugarin |
Corresponsal
Lujosos yates, restaurantes de élite, bares trendy, modernos condominios que se venden a los exorbitantes precios de Londres y Nueva York, y una sustanciosa oferta cultural constituyen los ingredientes de Het Eilandje (la pequeña isla), el barrio del momento en el Puerto de Amberes.
"Este barrio ha experimentado una profunda mutación: de ser un nido de prostitutas, adictos a las drogas y 'paracaidistas' en viviendas deshabitadas, se ha convertido en el lugar donde todos quieren estar", cuenta Dirk van den Berghe, de Alta Via, una librería que ofrece una fantástica colección mundial de rutas turísticas y que forma parte de la gama de tiendas especializadas que se están apoderando de la zona.
El motor transformador del vecindario es sin duda el Museum Aan de Stroom (MAS), en español "Museo del Río", una vanguardista obra arquitectónica de tabique rojizo localizada a orillas del río Scheldt y que se ha convertido en el nuevo ícono de la ciudad.
"El skyline de Amberes finalmente tiene su cuarteto. Teníamos la majestuosa catedral y las torres de la policía y el banco KBC. Con el imponente edificio del MAS queda completa una lista panorámica que refleja los grandes poderes de la ciudad: el religioso, el financiero, el de seguridad y ahora el cultural", sostiene Cuauhtémoc Garmendia, reconocido periodista gráfico que ha fotografiado la ciudad por 25 años.
Corazón artístico
Al ser el epicentro de esta isla artificial, que en el pasado albergó bodegas y funcionó como paradero de la aduana del puerto, el recorrido debe comenzar sin duda por los pasillos del MAS, donde se han concentrado las más importantes colecciones artísticas de Amberes.
Sus seis salas ofrecen una detallada introducción de la historia del puerto y el papel que ha desempeñado a través de los siglos para conectar a Europa con el resto del mundo.
Además, exhibe una de las más importantes compilaciones de arte precolombino fuera de América, la colección Dora en Paul Janssen, compuesta por 450 piezas que en el pasado han estado bajo investigación de las autoridades arqueológicas de México, Perú y Colombia por la forma en que fueron sustraídas de los respectivos países.
Si el tiempo es factor en contra, se puede subir gratuitamente hasta la azotea, donde se camina por un boulevard de 360 grados desde el cual se tiene la mejor vista panorámica de la metrópoli y al que se llega siguiendo una ruta de escaleras eléctricas entre obras de arte y decenas de ondulados ventanales...
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