Estampas de Monsiváis

AutorJorge Ricardo

A los 28 años, en su Autobiografía, Carlos Monsiváis escribe: "Ya que no tuve infancia por lo menos déjenme tener currículum". A partir de ese año también tuvo un álbum. Desde 1966, Manuel Monsiváis comenzó a guardar documentos periodísticos acerca de su sobrino. Hasta 2005, llenó 17 álbumes de más de 60 hojas.

Debió ser un trabajo muy difícil. Tan difícil como elegir en mayo de 1996 entre una foto de Monsiváis en el homenaje a Juan Rulfo en Bellas Artes y otra junto a Bibi Gaytán. Al final, están una junto a otra. Los álbumes, que han permanecido inéditos en la biblioteca de Monsiváis, documentan 39 años.

Eso sí, Monsiváis ahí sigue sin tener infancia. Sólo dos fotografías lo muestran cuando tenía unos cuatro años, vestido de charro y de marinero. Hay otra imagen que es más secreta. Es una de las pocas de la mamá de Monsiváis, Esther Monsiváis, quien lo inició en el protestantismo, le enseñó a leer, le pasaba a máquina los escritos y recibía las amenazas telefónicas por su apoyo al Movimiento Estudiantil de 1968. Es de antes del 4 de mayo de 1938, Carlos Pascual Aceves Monsiváis todavía no nacía y ella trabajaba como secretaria en una empresa alemana.

Los primeros artículos coleccionados se refieren a la buena memoria, al humor negro y a la inteligencia del autor. Los más críticos se refieren a otra cosa.

El 25 de enero de 1966, el caricaturista Abel Quezada hace un concurso sobre los 10 hombres peor vestidos de México. Monsiváis, con una bola de estambre en la cabeza y un traje aguado, está junto a Cantinflas.

En marzo de 1966, acaba de regresar de Harvard donde tomó unos cursos y da conferencias sobre eso: "Ay, amigos, permitidme que evoque las innúmeras ocasiones en que, a causa de mi not so brilliant pronunciation, me quedé comiendo una cosa por otra", decía en el Excélsior el 14 de mayo de 1966.

Manuel Monsiváis, el mismo tío que le inculcó el gusto por los boleros, reunió también invitaciones y anuncios de la venta de sus libros. Los pegaba en hojas de cartoncillo y mandaba encuadernarlas con pastas rojas.

Entre los 60 y 70, la discusión en torno a Monsiváis tiene que ver con la mafia (un grupo "que no existe" pero que dicta el canon de la cultura), reunido en torno a Fernando Benítez y también denominado CAMP, definido así por José Luis Cuevas: "La 'c' por Cuevas, la 'm' por Monsiváis, la 'p' por Luis Guillermo Piazza (un argentino sin gomina) y la 'a', bueno, la 'a' es por '¡ah, se nos olvidaba Fuentes!'".

Pocos temas como este dan...

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