Desde la Esquina / Ni víctimas ni verdugos

Lucha sólo quería ser la esposa de Antonio, la madre de sus hijas, y nada más.

Pero él la había convertido, además, en su costal de boxeo, lo mismo que a sus hijas y hasta a su suegra. La unión matrimonial, y la familia que habían formado, quedaron así desvirtuados, degradados, deshechos.

Las mutuas insatisfacciones, ni siendo verdaderas habrían bastado para justificar la conducta de Antonio. Y, ciertamente, no la de Lucha, que al principio se atormentaba preguntándose en qué había fallado para que su esposo la tratara así.

Pero sólo al principio. Porque cuando él las dejó y la menor de sus hijas aprendió a caminar, ella vio en aquello algo así como una señal: la niña ya se valía por sí misma; ella haría otro tanto. Se consiguió un trabajo, cambió su aspecto, comenzó a disfrutar de una magra independencia. Una de las primeras cosas que hizo fue cambiar las chapas de las puertas.

Una noche, Antonio volvió, gritó, pateó la puerta. Logró que ella abriera. Habían pasado cinco meses desde que se marchó, pero regresaba exigiendo quién sabe qué derechos, agrediendo a todas. Las niñas despertaron llorando cuando oyeron sus gritos.

El hombre destrozó la casa. A las niñas las castigó y luego se las quería llevar. Lucha quedó con un brazo fracturado, pero finalmente retuvo a sus hijas. Al día siguiente consultó a una abogada que le aconsejó demandarlo por lesiones y abandono de hogar. Sin embargo, claramente le dijo que estaba muy escéptica acerca de la pena que pudieran imponerle. Perdió su trabajo de mecanografía.

El proceso prácticamente iba empezando aunque ya habían pasado ocho meses desde la demanda, cuando una noticia vino a transformarlo todo. La Asamblea Legislativa del Distrito Federal había aprobado la reforma penal para la ciudad. Eso traería cambios sustanciales en el Código Penal y en el Código de Procedimientos, dijo la abogada.

Explíqueme más despacio, pidió Lucha, en qué nos beneficia a mí y a mis hijas. La abogada le dijo: tienes derecho a la reparación del daño por la...

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