Desde la Esquina / Hipocresía

Penalizar el aborto es nada más una careta de buenas costumbres.

Sirve de justificante moral a una sociedad que cierra los ojos a su realidad. Que esconde una dolorosa existencia que conmueve a miles de mujeres, obligándolas a abortar de manera clandestina, la mayoría en lugares insalubres y con personal poco capacitado, transformándolo en un problema de salud pública. Se calcula que el 17 por ciento del total de embarazos en México termina en aborto y que una de cada 100 mujeres muere a consecuencia de un aborto mal realizado. Es la tercer causa de muerte materna en nuestro país.

La penalización del aborto es una ley en desuso. No existe en México un sólo caso de mujer encarcelada por practicarse un aborto. Espero que nunca exista. La sociedad no resistiría su aplicación. No habría siquiera, celdas suficientes para encarcelar a las miles de mujeres que se ven en la necesidad de recurrir a un legrado para evitar un embarazo no deseado.

La penalización del aborto es un absurdo que beneficia sólo a quien lucra con esta prohibición y a los grupos que buscan imponer sus criterios morales y religiosos al conjunto de la sociedad. Un digno ejemplo de estos, es la decisión de los diputados panistas en Guanajuato de sancionar a la mujer que aborte al producto de una violación.

Aunque de manera involuntaria, los panistas, liberaron una disputa contenida en la sociedad sobre...

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