Entre esqueletos y marcianos

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 3 de diciembre)César Huerta OrtizCIUDAD DE MÉXICO, diciembre 9 (EL UNIVERSAL).- Marcianos contra mexicanos, un fantasmagórico charro y cavernícolas que no hablan, forman parte de la nueva oleada de animación mexicana con miras a 2018, sumando al menos media docena de títulos.

La industria, que este año sólo lanzó una cinta en septiembre (La isla calaca, realizada por Ánima Estudios), buscará retomar el lugar que ha tenido desde hace 15 años, donde hasta dos cintas se han colocado entre las más vistas de cada periodo.

Desde 2002, la saga de las leyendas registra cerca de 10 millones de asistentes, similar a la de los huevos.

Cintas menos exitosas en recaudación nacional han tenido buena respuesta en el extranjero, como Guardianes de Oz, vista durante su corrida comercial nacional por medio millón de personas, pero que fue vendida a 19 países.

"Diría que la animación está creciendo a buen ritmo y pasos agigantados", señala Fernando de Fuentes, de la productora Ánima Estudios.

"A como arrancamos, hace 16 años, ahora es menos complicado colocarlas y los distribuidores y exhibidores se dan cuenta de que la gente quiere ver animación mexicana", señala.

Y eso, expresa el ejecutivo, que la diferencia con las producciones hollywoodenses es abismal en tiempo disponible y recursos.

La aplanadora estadounidense Coco, por ejemplo, costó 175 millones de dólares, mientras que una producción nacional se realiza en promedio con 3 millones de dólares.

En tiempo, Ahí viene Cascarrabias (basada en la serie animada ochentera), que está en producción, requerirá de tres años de trabajo, casi la mitad de lo que tarda una apuesta de los...

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