Rafael Aviña/ Mi Esposa, Mi Amante... ¡y Mi Suegra!: Revive la movida

AutorRafael Aviña

El fenómeno Almodóvar desató en los años 90 una suerte de sello de marca de buena parte del cine español. Esa Movida madrileña que ambientaba sus relatos agridulces y posmodernos en una capital a medio camino entre la tradición y la modernidad, en el extremo opuesto de ese otro cine ibérico siempre vanguardista y sorprendente en el que caben desde veteranos como Bigas Luna y Vicente Aranda, como los jóvenes Juanma Bajo Ulloa, Julio Medem o Alex de la Iglesia y una novísima generación que incluye a David Trueba y a Fernando León, entre otros.

El Cielo Abierto (2000), retitulada por su distribuidora Arthaus con el torpemente comercial título de Mi Esposa, Mi Amante... ¡y Mi Suegra!, obra del exitoso director Miguel Albadalejo, pertenece precisamente a ese tipo de comedias románticas hiper dialogadas y repletas de personajes esperpénticos a lo Azcona y Berlanga pero con mentalidad del nuevo milenio.

Ya en su película inicial, co escrita también por la cronista Elvira Lindo, La Primera Noche de Mi Vida (1998), ambientada en una empobrecida periferia madrileña en la última noche del siglo 20, aparecía entre otros personajes de una fauna extraña y atractiva, Jasmina (Mariola Fuentes), una desaliñada peluquera con actitudes soñadoras que ocultaba su baja condición social a su novio, un raterillo de poca monta.

Lindo y Albadalejo recuperan en Mi Esposa, Mi Amante... ¡y Mi Suegra!, al personaje de Jasmina, la pobretona estilista que se convierte aquí en una suerte de Mi Bella Dama o Mujer Bonita cuando conoce a su Pigmalión, encarnado por Sergi López, un psiquiatra sensible y culto que no pasa por su mejor momento, ya que su mujer lo ha abandonado por...

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