El espíritu Frenk

AutorSilvia Isabel Gámez

Foto: Héctor García

Margit Frenk cuenta que de niña le tenía pavor a los alemanes. Oía a alguien hablar el idioma, que era también su lengua materna, y le daban náuseas. Recuerda esa sensación física de horror un día que caminaba con sus padres por la colonia Juárez. "La idea de Alemania era espantosa", resume la filóloga.

En 1930, la familia había emigrado a México desde Hamburgo en el carguero holandés Sparndam. Llegaron a Veracruz el 22 de abril, y, al día siguiente, tomaron el ferrocarril a la Ciudad de México. Dejaron Alemania tres años antes de que los nazis tomaran el poder, después de que al padre, Ernesto Cohn, le retiraran la licencia para ejercer como médico general.

Una afrenta que se sumó a la condena de un año de cárcel que enfrentó en noviembre de 1928 por golpear a un muchacho al que encontró rayando la pintura de su coche. En la severidad del castigo que sufrió su padre, ha escrito Margit, influyeron su militancia en el Partido Social Demócrata y el hecho de ser judío.

Ernesto se había casado en 1921 con Mariana, de profesión traductora. La pareja vivía en la zona portuaria de Hamburgo, donde el médico, fiel a sus ideas socialistas, atendía a marinos y estibadores. En julio de 1923, nació su primer hijo, Silvestre, y, en agosto de 1925, la hija, Margit.

Con Ernesto sin trabajo y un antisemitismo creciente en la ciudad, en 1929, decidieron exiliarse. "Irse muy lejos, dejar atrás la pesadilla, iniciar una nueva vida", escribe Margit en el prólogo de Aforismos, cuentos y otras aventuras (FCE, 2013), libro que reúne escritos de su madre, Mariana Frenk-Westheim.

Antes, la familia cambió su apellido. Ya no serían Cohn, sino Frenk. "¿Por qué? Primero, porque si usted se llama Cohn, pronto le van a decir: '¿y dónde está Sin?'", bromea Silvestre, sentado en la sala de su casa. "Segundo, para tratar de borrar ese incidente desagradable (de la prisión), aunque de todos modos se supo".

La primera opción de la familia era Canadá, pero un encuentro casual de Mariana en Hamburgo con una funcionaria del consulado de México, quien le dijo que aquí podrían vivir sin problemas, inclinó la balanza.

El exilio definió la historia de los Frenk. "Marcó a nuestra familia con un enorme sentido de deuda hacia México, y una necesidad de corresponder a ese acto de generosidad, sin el cual ninguno de nosotros estaría vivo", asegura Julio Frenk, ex secretario de Salud, tercero de los siete hijos que Silvestre tuvo con la tabasqueña Alicia Josefina Mora...

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