Espíritu aventurero con eficacia deportiva

AutorFrancisco Márquez

Enviado

SAN LUIS POTOSÍ - En un primer vistazo, la S1000XR se muestra imponente; una imagen robusta, con altura considerable, 79 centímetros del suelo al asiento en su versión Equipada Lower, que hace que estemos deseosos de iniciar a rodar.

Para probar sus capacidades y desempeño, la ruta a seguir fue junto con un grupo de entusiastas, partiendo desde la Ciudad de México hasta el Pueblo Mágico de Xilitla, en San Luis Potosí.

Un trayecto que nos llevaría a recorrer tramos en ciudad, así como carreteras donde las curvas son las principales protagonistas para cruzar parte de la Sierra Madre Oriental.

El recorrido se tornó aún más interesante al encontrar zonas con neblina, lluvia, calor y rematar con un tramo de carretera nocturna.

Partimos con la intención de abandonar lo más pronto posible la ciudad, ya que para una motocicleta como la S1000XR su verdadera naturaleza es la carretera.

El sonido del motor es muy agradable, denota deportividad, vibraciones agudas con algunas explosiones al reducir la velocidad; una expresión de potencia en estado puro.

A destacar desde los primeros kilómetros la posición de manejo muy cómoda, con la espalda erguida, brazos abiertos y las piernas un tanto hacia atrás.

La capacidad de visión que otorga gracias a la altura es excelente, lo que nos permite anticipar la carretera y sobre todo las postales a lo largo del camino.

Los primeros kilómetros hacen entender que la S1000XR se comporta como deportiva, con una caja que trabaja rápidamente y en la entrega justa. El control de tracción trabaja adecuadamente para que mantengamos en el asfalto ambas ruedas.

En la travesía nos encaminamos para rápidamente llegar al estado de Hidalgo, avanzando por la capital, Pachuca, y dirigirnos hacia Mineral del Monte. Es en esta zona donde iniciamos el ascenso, y en donde el motor de la S1000XR empuja con brío, sin importar la velocidad engranada ni la posición del cuenta revoluciones.

Los primeros 170 kilómetros son sin sobresaltos, tramos de carretera donde el reencarpetado hace perceptible la docilidad del motor, así como sentir el aplomo de la motocicleta.

Debido a que contamos con un motor grande y un tanque de 20 litros, el estimado en autonomía es de alrededor de 200 kilómetros, por lo que avanzamos con entusiasmo sin requerir recargar combustible.

Comenzamos la diversión en la zona de curvas, y poco a poco se muestran paisajes espectaculares donde destaca la naturaleza. Atrás vamos dejando comunidades como La Estancia...

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