En espera del despertar

AutorCielo Mejía

Desde hace tres meses, Clemente yace en una cama de hospital. No mueve las piernas, ni su cuerpo; sólo parpadea y entreabre sus labios.

Tras un accidente, la energía de Clemente Mendoza Osuna, de 18 años, quedó escondida dentro de su cuerpo.

"Su deporte favorito eran los toros, él seguía las montadas", explicó Ismael Mendoza, papá de Clemente, "él andaba montando, lo golpeó un toro y se lastimó la cabeza".

Clemente tiene la mitad de su cerebro dañado y ya lo han operado en dos ocasiones; hasta el momento, los médicos no dan muchas esperanzas para el muchacho, pero su familia sigue luchando para que éste se recupere.

"Nos dijeron (algunos médicos) que nos volviéramos con mi hijo para atrás, y yo le dije que no, que iba a caminar con él para adelante", enfatizó Ismael, quien es originario de Nayarit.

"Me vine (a Guadalajara) sin traer dinero, me ayudaron los primeros días, el dueño del toro me facilitó buena lana, pero aquí está muy caro todo".

Después de tres meses de tratamiento, hospitalización y cirugías, Clemente está estable, aunque desnutrido.

"Los doctores dicen que no es mucho lo que va a mejorar mi hijo, que se va a quedar ahí acostado, pero yo tengo la mayor ilusión de que Dios hará un milagro".

Ismael es jornalero, se dedica a tumbar montes, al corte de mangos y a otras actividades del campo, sin embargo ya lleva tiempo sin...

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