Con espíritu de hierro

AutorNorma García

NAUCALPAN.- La vida de Óscar Hernández Cleto dio un vuelco inesperado en 1991.

A una semana de casarse, un accidente lo dejó parapléjico. Su entonces prometida, al enterarse, decidió abandonarlo y con ello se esfumó la posibilidad de conociera a la hija que ésta cargaba en el vientre.

Hernández tenía apenas 22 años cuando perdió la movilidad de su espalda y piernas. Estuvo a punto de caer en depresión pero tuvo el apoyo inesperado de su vecina, y ahora esposa.

"Ella me conoció antes del accidente, como yo tenía novia nunca fuimos ni siquiera amigos. Cuando me pasó esto ella me visitaba, fue en 1991, y empezamos, nos unimos hasta la fecha, en el año 1995 nos casamos.

"Me dice que no soy para ella una persona con discapacidad, que soy una persona valiosa, y eso para mí es algo bello, algo hermoso que me llena de emoción", comentó Hernández.

Con ella, tuvo a sus tres hijos: Rodrigo, Carlos y Óscar, de 13, 17 y 21 años, respectivamente.

Para mantenerse Hernández hizo "chambitas", cómo él lo nombró, de herrería y soldadura para familiares y amigos, hasta 2007 cuando fue contratado por la Alcaldía de Naucalpan, cuando ésta era gobernada por el panista José Luis Durán.

Impulsado por su hermano Julio, acudió al Ayuntamiento para postularse para la vacante de soldador que había en la Dirección de Servicios Públicos, donde lo aceptaron.

Ahí Hernández se desempeñó, con contratos trimestrales, hasta diciembre de 2012, cuando terminó la administración de la priista Azucena Olivares.

Sin embargo, en noviembre pasado fue recontratado...

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