Esencia mexicana en Manhattan

AutorÉdgar Anaya

La mayoría de las estaciones de la línea verde del Metro de Nueva York, la que corre por la avenida Lexington, son un muestrario de razas, como la ciudad toda. Pero después de cruzar Central Park, a lo largo y con rumbo norte, los güeros se van bajando y, al llegar a la estación 116 St. (Calle 116), sólo quedan negros y latinos, mexicanos la mayoría de ellos. La estación, con basura en el interior y más aún en el exterior, podría llamarse El Barrio o Little Mexico, porque es la que se ubica en este lugar.

A pocos metros de allí llama la atención, después de los letreros y las voces que se oyen en español, la señora que grita "¡tamales, tamales!". En la banqueta de la esquina de la Calle 116 y la Tercera Avenida, Isabel Martínez, de la delegación Iztacalco del DF, todos los días saca de su bote los tamales verdes y de rajas que elabora, además de gorditas de chicharrón y de pollo. "En México también vendía tamales en la calle, pero aquí gano más".

Frente a ella, con una vitrina que coloca todos los días afuera de la tienda que se ubica en esa esquina, don Zenobio Jiménez vende plantas medicinales y medicina naturista desde hace varios años, como lo hacía en su natal Iztapalapa, también en el DF.

"Mi mercancía ahorita la estoy trayendo de una empacadora que está en Los Angeles, y mis clientes son los latinos de esta zona, no sólo los mexicanos", dice don Zenobio.

No es difícil saber por qué vive aquí este hombre, lejos de su familia, en un cuarto que renta con otros por 500 dólares al mes. "Aquí gano más que en México, pero hay que ahorrar porque si no de nada sirve. He estado aquí por tres periodos; mi familia no quería que regresara después del 11 de septiembre, pero no me asusta lo de los atentados, ni la delincuencia de esta zona. Tampoco me da pena mi trabajo. Lo más difícil fue llegar la primera vez: fue muy pesada la caminata de 72 horas con el pollero para cruzar por Nogales. Hablo poco inglés y ya tengo 50 años. Aquí compartimos nuestros problemas y los de nuestras familias, aunque seamos de diferentes nacionalidades, los de Africa, los de la India... nos apoyamos y nos cuidamos unos a otros".

Don Zenobio barre y limpia todos los días la esquina donde trabaja, corazón de El Barrio, la esquina de la Calle 116 y la Tercera Avenida, que en las placas de las calles se nombra Boulevard Luis Muñoz Marín. "Fue el primer gobernador electo de Puerto Rico, según entiendo", comenta don Zenobio.

Cruzando la calle se encuentra una tienda que...

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