Escrutinio / Jorge Arbusto

AutorSergio Lujambio

Ha ganado la elección norteamericana, estadounidense o gringa (estos tres gentilicios me parecen mas apropiados que el expropiatorio "americanos" que se dan a sí mismos), don Jorge Doboliu Bush. Bushito junior. Estuvimos al pendiente de los medios electrónicos muchísimas personas en el mundo, a cuenta de este proceso, y no es de extrañar.

Al presidir la nación al norte de nuestro México y sus destinos, en buena medida rige un señor los destinos del mundo, pues trátase, y lo sabemos todos, de la nación mas poderosa en lo económico y lo militar de este planeta. No sabemos por cuánto tiempo y en qué condiciones. Al paso que van los chinos se los van a acabar comiendo en ambas vertientes, democracia o no, y la India también tiene lo suyo.

Quizá sea el propio Bush el que de inicio al fin. La última administración demócrata saneó las finanzas públicas norteamericanas a grados de excelsitud, generando crecimiento económico y empleo. Bush, que se vende a sí mismo como líder firme contra el terrorismo, ha hundido a ese país en un déficit fiscal impresionante, que ha llevado al endeudamiento a su patria, entrando en una desaceleración del crecimiento económico y provocando desempleo, merced a su necesidad guerrera autojustificada por la defensa contra un terrorismo que no estaba domiciliado en la nación invadida y que, claramente lo sabemos todos hoy (aún los gringos), no tenía las armas de destrucción masiva que presuntamente cultivaba el dictador Hussein, que amenazaban al "Free World" de los discursos de Jorge.

La mala salud de la economía gringa, aunada a la escalada de precios petroleros aparejada a ésta nos lesiona a todos, pues la invadida Irak es petrolera también y el temor a la escasez ha disparado los precios que, de cara al invierno en el mundo desarrollado europeo y norteamericano, tiende a sostenerse. (El tema por otra parte tiene a muchos suspicaces contra Bush y su petrolera familia, por pensar- y no sorprende- que cuida sus intereses personales y familiares y no los de su patria o del ordenado funcionamiento de la economía mundial).

Nuestros diputados del PRI y del PRD han sucumbido al canto de las sirenas, como López Portillo lo hiciera en su tiempo, de creerse que las finanzas públicas pueden sostener el gasto corriente con este, llamémosle así, golpe de suerte de altos precios del barril, apostando a un precio insostenible que por otra parte...

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