Escribir para la posteridad

AutorLuis Xavier López Farjeat

El Islam rechazó la representación de seres animados. No hay una prohibición expresa en el Corán. Sin embargo, la tradición interpretó que un artista no debía competir con el único Dios-Creador, que no podía reducirse la imagen de Alá a la naturaleza creada y que imágenes de seres vivos fácilmente conducirían a la idolatría. Por esta razón, el papel de la arquitectura es fundamental para los musulmanes: las mezquitas que vemos en Turquía, Marruecos o cualquier país del Medio Oriente son sublimes e imponentes, al igual que los palacios. También hay, claro, pintores y escultores musulmanes, pero su oficio se redujo, desde el siglo octavo, a la ornamentación al servicio de los arquitectos. Desde que "el arte por el arte" se censuró, los musulmanes buscaron la belleza artística en la escritura, en la caligrafía. Con una pluma (kalam) de doble punta con distinto grosor, tinta de hollín de humo, un tintero de loza y papel de tela de lino o cáñamo, el calígrafo-pintor se convertiría en uno de los protagonistas principales del arte islámico.

Posiblemente, el tratado más antiguo sobre caligrafía árabe-islámica es el de Ibn Qutayba (828-889). Este contiene descripciones detalladas sobre la preparación del papel, la tinta, el cálamo y, además, la presentación de diversos estilos caligráficos. Ese escrito se conoció en Al-Andalus. Ahí, el personaje más importante en el desarrollo de la caligrafía árabe es Abu Hayyan al-Tawhidi (muerto en el 1010). Filósofo, artista y místico, Tawhidi juega, además, un papel definitivo en la transmisión de lo que podríamos denominar -con algún anacronismo- la "estética árabe-musulmana". Sus reflexiones sobre la belleza son extraordinarias: ¿qué es una forma bella?, se pregunta. ¿Es la belleza una forma del alma o es que esta realidad mundana es bella por sí misma? La respuesta apunta hacia la unión de los objetos armónicos (aquellos cuyas partes son perfectas, armónicas y agradables al alma) y el equilibrio de nuestro temperamento. Es verdad que hay belleza en ciertos objetos, en los colores, las figuras y las armonías; pero ello no basta: un alma desequilibrada no sería capaz de apreciar lo bello.

Tawhidi redactó un tratado sobre la importancia de la caligrafía artística. Se sabe que trabajó en la industria del libro y, por lo tanto, sus técnicas y recomendaciones se llevaron a la práctica. Risala fi) 'ilm al-Kitaba es el título original de este escrito de inspiración sufí. En él encontramos 10 normas para la creación...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR