'Escribir es libertad'

AutorSilvia Isabel Gámez

Cuando piensa en La orilla africana (1999), el guatemalteco Rodrigo Rey Rosa sonríe. Le gusta, dice, la resolución armónica de esta novela sobre un colombiano varado en Tánger y una lechuza con el ala rota; ambos atrapados, ambos deseando ser libres.

"Para mí, la escritura es la libertad, y Tánger es la escritura, cuenta en entrevista. Viajó a Marruecos en 1980, donde conoció al escritor y compositor estadounidense Paul Bowles. Sentía angustia, dice, incertidumbre sobre su destino, pero cuando las historias fluyeron sobre el papel, se descubrió libre y feliz.

Bowles tradujo al inglés sus primeras obras. Ambos son paisajistas, con un lenguaje descriptivo, austero. "Me gusta suponer que esa similitud de temperamento literario hizo que Paul quisiera traducir cosas mías.

Fueron dos décadas de una amistad, hasta la muerte de Bowles en 1999, que nunca se volvió íntima. "No recuerdo haberle contado problemas personales, ni que me contara los suyos. Era siempre una plática de libros, de viajes. Me gustaba oírlo hablar de música.

El nómada Rey Rosa decidió arraigarse en Guatemala cuando nació su hija Pía, de 13 años. "Ahora estoy pensando dónde me voy, confiesa. Podría ser Tánger, pero también algún lugar del Mediterráneo.

"Tengo mucha familia en Guatemala y creo que siempre estaré volviendo, pero ya estoy harto, sobre todo de la ciudad. Imagínese el DF sin teatros, cines, con sólo lo peor de Hollywood. Y nada más.

Ecológicamente, dice, Guatemala es un...

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