Esconde el narcisismo carencias emocionales

AutorDavid García-Escamilla

EL NORTE/ MÉXICO

MÉXICO.- Contra lo que afirma la creencia popular, los narcisistas no se aman a sí mismos, en realidad se trata de personas que no pueden aceptar su verdadera personalidad y en su lugar construyen una máscara que esconde sus carencias.

Por ejemplo, tras la aparente felicidad de Laura, una mujer de 33 años, soltera y con buen empleo, se esconde la depresión, pues cuando llega a una fiesta las personas le huyen. Desde la niñez su madre la convenció de su superioridad y ahora le cuesta trabajo dejar de hablar de sí misma.

Sus mejores amigas se han alejado de ella y los hombres dejaron de abordarla. Por ello decidió buscar ayuda profesional; su sicólogo, narra la profesionista, le dijo que sufría de un exacerbado narcisismo.

Este problema es un mal típico de la sociedad contemporánea, consideran especialistas. Se origina por estimulación de la cultura, pero también es producto de una situación familiar desdichada, en la que desde la infancia la persona se ve expuesta a un exceso de impulsos y adulaciones, apunta el sicólogo Alexander Lowen, director del Instituto Internacional de Análisis Bioenergético de Nueva York, en su libro "El Narcisismo, la enfermedad de nuestro tiempo" editado por Paidós.

"Se trata de una enfermedad tanto sicológica como cultural. Denota un trastorno de la personalidad caracterizado por una dedicación desmesurada a la imagen en detrimento de la persona; les preocupa más su apariencia que sus sentimientos, y no los aceptan si éstos se contradicen con la imagen deseada", precisa en el libro.

Pero Gaby Vargas, autora de "El Arte de Convivir en la Vida Cotidiana", de editorial Planeta, y reconocida asesora de imagen en México, considera que cierto narcisismo es necesario y sano.

"Te obliga a cuidar tu cuerpo, pero el exceso termina por aislarte al ganarse el rechazo de las personas; la primera regla es hacer importante al otro, voltéale los reflectores y renuncia a ti mismo, eso cuesta mucho trabajo, pero causa una excelente impresión", recomienda.

El individualismo existente en las grandes ciudades es la máxima expresión de la postura narcisista, la comunicación es escasa y cada sujeto vive para fomentar especialmente su propio goce, como apunta Luis Rojas Marcos en su libro "La pareja rota", editado por Espasa.

"Actúan con frialdad, son seductores y manipuladores, y luchan por conseguir el poder y el control. Pero, en el fondo, al carecer de un sólido concepto de sí mismos, la vida les parece vacía y...

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