La Escena / Reto superado

AutorFernando de Ita

Como hidalguense, me dio mucho gusto que la XXVII Muestra Nacional de Teatro se hiciera en mi estado, pero debo confesar que tuve el temor de que saliéramos mal librados de este compromiso, por varias razones. La primera es que desde los años 90 no hemos logrado articular un movimiento teatral que haga visible el trabajo de las tres generaciones de comediantes que hacen teatro en la entidad. La segunda, el centralismo que concentra en Pachuca el 95 por ciento de la oferta cultural. La tercera, la falta de infraestructura y equipo humano especializado en las artes escénicas. La cuarta, la falta de un público cautivo para el teatro. La quinta, el magro apoyo institucional. Éstos y otros factores hacen que Hidalgo sea uno de los estados del País con menos producción teatral a nivel profesional.

La primera señal de cómo afrontarían las autoridades culturales de Hidalgo el reto de la muestra aumentó mis temores. El cartel que sería el emblema del evento, diseñado por Enrique Garnica, prestigiado publicista de la Bella Airosa, se centró en la trilladísima imagen de las dos máscaras del teatro, con el agravante de que su estilización parecía anunciar teatro infantil, y de los peores. Por otra parte, el Teatro San Francisco, que sería la sede de las producciones mayores de la muestra, aunque nominalmente pertenece al CECAH, tiene en la práctica un gran distanciamiento del sector cultural, y yo había escuchado cosas terribles de su planta de tramoyistas y el personal de servicio. Me tranquilizó saber, por boca del subcoordinador de Enlace con los Estados, Luis Nevárez, que todo marchaba viento en popa. "Mejor que en San Luis", me dijo Nevárez, y como San Luis era el paradigma, dormí tranquilo.

Al finalizar la muestra, saqué diversas conclusiones. Una: los mexicanos se crecen al castigo. De Lourdes Parga para abajo, todo el personal del CECAH se puso la camiseta y laboró 16 horas al día con atención y eficacia. Personalmente, le debo un reconocimiento a la directora y los trabajadores de la Escuela de Artes de Pachuca, porque siempre estuvieron pendientes de nuestras necesidades y nos sacaron de todos los apuros, con la sonrisa en los labios. Dos: el personal del Teatro San Francisco es tan bueno como el mejor de los teatros, sólo hay que hallarles el modo. Tres: nos quejamos que no hay foros para el teatro y hubo días en los que se dieron siete espectáculos en diversos foros. Lo que no hay es teatro para los foros. Cuatro: todas las funciones...

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