Escalera al cielo / Dostoievski, diario y biografía

AutorChristopher Domínguez Michael

Aunque tratándose de Dostoievski todo es novedad porque no hay clásico más clásico que él, pocos escritores conservan su capacidad de atraer al público, recrudeciendo una atracción fatal que ya dura mucho más de un siglo, pues a principios de la década de los años ochenta del diecinueve fue cuando el aventurero Melchior de Vogüé, difundió, empezando por Francia, con el amor por la novela rusa, el culto dostoievskiano.

Circulan en este año de 2011 dos volúmenes gruesos, oportunos y complementarios, uno publicado en México y el otro en Madrid, destinados a enriquecer el acervo dostoievskiano en lengua española: el tomo final, el quinto, de la magna biografía escrita por Joseph Frank (Dostoievski. El manto del profeta, 1871-1881, FCE, 2010) y una extensísima versión de El diario de un escritor. Crónicas, artículos, crítica y apuntes (Páginas de espuma, 2010). Es probable que este último libro sea la reunión más amplia que se haya hecho, fuera de Rusia, de la prosa no narrativa (aunque se incluyen en el tomo textos que se asemejan al cuento) de Dostoievski. Cotejando, al menos, la edición hecha por Paul Viejo (con traducciones de Elisa de Beaumont Alcalde, Eugenia Bulátova y Liudmila Rabdanó) frente a la francesa de la Pléiade (1972), se corrobora la novedad: se incluyen varios artículos y crónicas muy anteriores a 1873, que fue la fecha oficial del inicio del Diario de un escritor.

Tal como lo explica Viejo en su nota editorial, Dostoievski nunca dio a la imprenta una obra con semejante título y estamos ante el caso, a estas alturas común, de un libro que nunca existió como tal. "Diario de un escritor" fue el nombre que Dostoievski le puso a su columna en el periódico El Ciudadano de San Petersburgo, dirigido por él, y ese título se convirtió, más tarde, dentro y fuera de Rusia, en el de un cajón de sastre donde se ha ido acumulando casi todo lo que iba quedando fuera de sus novelas y cuentos. Viejo destaca, también, la naturaleza por fuerza heterogénea de un archivo abundante en piezas maestras de la polémica periodística (que en Dostoievski era política, religiosa y metafísica), borradores y croquis, páginas majestuosas por su genialidad satírica y no pocas lamentables de leer como aquellas, numerosas, humedecidas por el veneno antisemita.

De las 1610 páginas del Diario de un escritor subrayo algunos de los problemas esenciales que ocupaban a Dostoievski: la polémica entre los eslavófilos y los occidentalistas, el modelo universal de todas...

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