Escalera al Cielo

AutorSergio González Rodríguez

Libros a salvo del olvido

De paseo en las librerías, es posible rescatar algunas novedades bibliográficas que han pasado desapercibidas, pero que merecen atención. Allí está, por ejemplo, el libro de Peter Sloterdijk titulado Temblores de aire. En las fuentes del terror (Pre-Textos), que fue concebido y escrito entre los dos operativos terroristas más avasalladores del siglo que comienza: el ataque fundamentalista musulmán con aviones a las Torres Gemelas en Nueva York y la toma de un teatro en Moscú con centenares de personas por parte de un comando checheno.

Así, el contenido de Temblores de aire recupera la génesis y política del terrorismo a lo largo del siglo 20, por lo que es al mismo tiempo un diagnóstico de los efectos perversos de la modernidad y su idea del progreso. De alguna forma, Peter Sloterdijk recupera el enfoque de documentar con la historia, y no sólo con la memoria filosófica, su pensamiento, como ya lo había realizado en su obra inaugural, Crítica de la razón cínica (Taurus).

Temblores en el aire considera tres criterios fundamentales para comprender el siglo que recién terminó: el terrorismo, el diseño productivo -con el ideal gerencial que esto conlleva- y, por último, la práctica en torno del medio ambiente (en este rubro ocupa un papel central el aire y el peligro de su envenenamiento, ya sea por el efecto de gases letales de uso bélico, o por los métodos de exterminio masivo de los nazis, cuando no los procesos contaminadores producto de las bombas atómicas).

En un momento dado, y con una prosa que avanza mediante un zigzag impresionante por su lucidez y capacidad persuasiva, el pensador enlaza el tema de la iconoclasia de la estética vanguardista, en especial, el surrealismo y su atmósfera de consumar la revolución de la vida cotidiana por vía de la poesía, ya que, como afirma, las expresiones culturales, tanto como las culturas en sí, son "estados colectivos de inmersión en el aire y sistemas de signos".

"Encarnados bajo la forma del terror, la iconoclasia y la ciencia, estos tres poderes profanadores", escribe Peter Sloterdijk, "han tomado una poderosa posición, bajo cuyos efectos se desmoronan los datos y explicaciones de los viejos mundos de la vida. El terror hace explícito qué es el medio ambiente bajo el sesgo de su vulnerabilidad; la iconoclasia hace explícito qué es la cultura al experimentarla desde su posibilidad de ser parodiada; la ciencia hace explícito qué es la naturaleza primaria bajo la...

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