Escalera al cielo

AutorChristopher Domínguez Michael

El manifiesto de la premiocracia

Eduardo Becerra edita, selecciona y prologa Líneas aéreas (Lengua de trapo, Madrid, 1999), antología de la nueva narrativa en lengua española del Continente Americano, que incluye a 70 escritores de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Esta empresa, la más amplia de su género, recoge textos de autores nacidos después de 1960. La nómina exige lectura cuidadosa y en cuanto a los mexicanos se encuentran escritores de mérito como Guillermo J. Fadanelli, Ana García Bergua, Mario González Suárez, Jordi Soler y Jorge Volpi. Si son ociosas las querellas nacionales sobre quién debe estar o no en una antología, pues olvidan que el antólogo es siempre un crítico con derecho a escoger a quien se le dé la gana, más lo es inconformarse ante una mirada extraña que carece de los prejuicios familiares con los que se escribe, inevitablemente, toda crítica nacional. Así, bien haríamos en leer sin prejuicios a mexicanos que, seleccionados por Eduardo Becerra, son poco conocidos entre nosotros, como Eva Bodenstedt, Victoria Haro, José Ramón Ruisánchez y algunos otros.

Menos tolerancia merece el prólogo de Becerra, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Tras afirmar que no pertenece "a la estirpe de los apocalípticos que ven en la influencia del mercado sólo efectos perniciosos y nocivos para un reino de la literatura supuestamente siempre puro y altruista", Becerra se va alegremente al otro extremo, el que cotiza bien en España, la premiocracia. Por su origen, la novela y el cuento tienen una relación indisociable con la vida industrial y el comercio periodístico y editorial. Pero librarse de esa tensión, de ese pecado original, marcó la grandeza de Balzac, de Galdós, de Clarín, de Faulkner, de Lezama Lima...

Citar a los maestros de una tradición les parece una pedantería insufrible a los mercaderes, ya sean narradores o académicos, pues les recuerda vidas tristísimas sin clase premier. Qué importan Onetti, Rulfo, Armonía Sommers cuando, para un Becerra, los momentos supremos en la vida reciente de los reinos de ultramar son los premios otorgados por las casas editoriales a los escritores indianos. Una situación tan debatida en España por turbia -la entrega del Premio Internacional Alfaguara al cubano Eliseo Alberto y al nicaragüense Sergio Ramírez...

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