Escalando en Perú

AutorSergio Zambrano

Nuestras lámparas dejaron de iluminar y nos dimos cuenta de que había amanecido.

Seguíamos sin ver a más de 8 metros. Después de una escalada difícil de puro hielo muy quebrado e inestable, salimos a un lomo en el cual teníamos que inclinarnos hacia al viento para no ser arrastrados al abismo. ¡Por fin llegamos a la cumbre! Al regresar de nuestra segunda montaña tomamos un día de descanso y lo aprovechamos para secar la ropa. Las gallinas que en el campamento base hacían bastante ruido, dejaron de hacerlo ese día y con los dos paquetes de mole que llevamos tuvimos un gran festejo de pollo con mole y arroz. Sin esperarlo apareció en la mesa un pastel con una vela, ese día fue mi cumpleaños.

Durante la noche llovió con intensidad. Dudamos intentar la tercera montaña en la madrugada. A eso de las 03:00 horas salimos de nuestra tienda y observamos un cielo estrellado, rápidamente nos preparamos y una hora después escalábamos el Ishinca de 5 mil 500 metros.

Al llegar al glaciar nos colocamos los crampones y nos encordamos. El ascenso fue continuo y rápido, el viento de los días anteriores limpió las nubes ya que estaba totalmente despejado.

A eso de las diez horas llegamos a la cumbre. La vista desde arriba fue espectalurar, observamos con claridad las rutas de las dos montañas...

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