Esbozos flamencos

AutorMariana Islas

No se trata de El Bosco y su ultra estudiado cuadro "El Jardín de las Delicias", pero Francisco Guillermo Preciado hace su modesta aportación al mundillo del arte tapatío con una exposición que tituló igual que el tríptico perteneciente a la escuela del flamenco gótico.

Si bien en esta obra el pintor belga se representa a la creación del hombre; los placeres y pecados del mundo; así como el castigo infernal a todos esos pecadillos, Preciado indaga otro tipo de contemplaciones en sus obscuras creaciones.

Podría por un instante parecer similar el cuadro que precisamente nombró "El Jardín de las Delicias" al tríptico aludido, sin embargo, la delicadeza de los trazos difieren mucho uno del otro.

Lo similar es tal vez esa representación que hace del dolor humano, de la sordidez que se erige cual columna vertebral en ambientes circenses medievales, en los que orates que hacen las veces de artistas deambulan sin rumbo ni meta por los jardines que circundan las carpas.

Algo que resalta es el mantenimiento que en la misma línea mantiene Preciado en cuanto a estilo, puesto que persiste ese instante narrado espectralmente tal y como sucede en sus crónicas.

En esta exposición, en "Crónica de Una Tarde Fatal" el artista esboza retratos oscuros y macabros de entes enigmáticos y grotescos, con toque arcaico y esotérico.

Tanto en esta crónica de fatal como en una de las pinturas perteneciente a la serie de "Pinturas Negras" aparece el mismo personaje, primero junto a la cruz de una tumba y en segundo sosteniendo la figura de un hombre, cual...

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