Es Tiger indomable

AUGUSTA, EU (AP).- En un final de suspenso, el norteamericano Tiger Woods logró ayer la máxima hazaña del golf moderno al ganar el Masters, su cuarto torneo consecutivo de Grand Slam en un lapso de 294 días.

Concluyó con un putt de seis metros para birdie, alzó los dos brazos y las tribunas rugieron. Con la cara tapada con su gorra para ocultar las lágrimas, cruzó el green para abrazarse con su padre.

Hoy, el Tigre es una leyenda viva del golf, que ha marcado un antes y un después. Nadie puede igualarle. El mejor jugador del mundo cumplió su destino: pasar a la historia, con un récord y unas cifras imparables.

Woods terminó con 68 golpes, 272 en total y 16 bajo par. Lo siguieron David Duval con 67 (274), Phil Mickelson con 70 (275) y Mark Calcavecchia con 72 (278).

En una emocionante batalla con sus dos principales oponentes, Woods pegó un audaz aproximación de 149 metros en el peligroso hoyo 11. La bola bordeó el hoyo para un birdie que le dio la ventaja por el resto de la jornada.

Duval, convencido de que éste sería su año luego de tres oportunidades en que rozó el triunfo, hizo bogey en el hoyo 16 de par 3, al superar el green en la salida y errar un putt de 2.4 metros para par.

Tuvo dos oportunidades para alcanzar a Woods, pero falló birdies de 3.6 metros y 1.5 metros en los hoyos 17 y 18, respectivamente.

Woods, en cambio, jamás vaciló.

Conservó su ventaja de un golpe tras errar un putt de un metro para birdie en el hoyo 15, pero sin jugar de manera espectacular, conservó su juego sólido hasta el final.

Así, Woods se quedó con la chaqueta...

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