Nada es para siempre

AutorGuillermo Leal

Una tarde fría con la que se inició el festejo 55 de la inauguración de la Plaza México fue, para Eloy Cavazos, uno de los toreros que más tardes cálidas ha dado al público de la Monumental, la tarde más helada. El público le demostró indiferencia, impaciencia y le sugirió que es tarde para volver a pisar ese ruedo.

La actitud de quienes en el tendido comenzaron a protestar a Cavazos porque toreaba, y luego porque no toreaba, de los que le gritaban que terminara pronto y le abucheaban cuando se perfilaba a matar ha sido una de las más hostiles hacia este torero que ayer, pese a buscar el lucimiento con sus dos astados, tuvo que abreviar ante las protestas, justificadas o injustificadas, pero al fin y al cabo protestas que terminaron por desesperar al paciente regiomontano.

"Tal vez sea la última tarde, no me quiero precipitar, voy a tomar un descanso", dijo Eloy cuando abandonaba entre abucheos la México, con una pequeña herida en la nariz, pero una muy grande en el orgullo, pues el público que apenas la tarde de su presentación le vitoreaba, ayer lo echó, olvidando los triunfos.

El otro lado de la moneda se lo llevaron el rejoneador Andy Cartagena quien cortó dos orejas, pedidas por el público y concedidas por el juez Jesús Dávila quien se dejó de regalos y espero que el público fuera...

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