¡Ya es la señora de Salinas!

AutorREFORMA / Staff y con información de Diego Tzuc

MÉRIDA.- Fuegos artificiales iluminaron el cielo de una tarde primaveral mientras los acordes del tema "Viva la Vida!" de Coldplay se escuchaban de fondo.

Ludwika Paleta y Emiliano Salinas ya eran marido y mujer por la ley, y así lo celebraban ante los 700 invitados que compartieron con ellos el momento.

Ella lucía como de final de telenovela: maquillaje y peinado perfectos, a cargo de su estilista de cabecera, Jonathan Lule.

Su vestido, cuyo creador fue uno de tantos detalles no compartidos, acentuaba su silueta delgada, con los hombros descubiertos y un corte asimétrico que dejaba ver sus piernas.

El novio no desmerecía en absoluto: un impoluto traje gris plata, cabello largo y barba entrecana bien recortada.

Sus fotos oficiales los mostraban ajenos al interés desmedido que generó su boda, blindada a prueba de curiosos.

Así, desde la mañana comenzó la instalación de vallas en los accesos principales y en el perímetro de la hacienda Tekik de Regil, el cual estuvo colmado de vigilantes de empresas de seguridad privada, así como de policías estatales.

Los empleados de las empresas de servicio que llegaban al sitio eran sometidos a una inspección minuciosa y se les retiraron teléfonos celulares y aparatos que pudieran utilizar para grabación.

Pero los novios compartieron pequeños detalles a través de un boletín oficial. Por ejemplo, que su primer baile como esposos fue al ritmo de "All I Want is You" de U2.

Y que otro tema de la banda irlandesa, "Sweetest Thing", fue la que eligió la novia para bailar con Nicolás, el hijo de 13 años que procreó con Plutarco Haza, su primer esposo.

También contaron con la participación de un DJ y del grupo neoyorquino Simply Human.

Salvo por la elección de música en inglés, el toque mexicano imperó en la decoración del jardín: "plantas y flores típicas del sureste, proporcionadas por florerías locales", según el comunicado.

También el menú apostó por los sabores nacionales: pescado a la talla, chilito ancho relleno de frijol, croquetas de plátano macho, tarta de chocolate de molienda con helado de menta y timbal de coco y mango.

Para los amantes de los postres, dulces mexicanos: barras de amaranto, nueces, almendras y arándanos.

Los brindis por la felicidad de la pareja eran obligados, y se realizaron con copas rebosantes de vino blanco y tinto del Valle de Guadalupe, Baja California, y vodka polaco.

Aunque la lista de invitados era nutrida, poco se sabe de ellos. Se especula que la mayoría eran de parte del...

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