Es Roma autobiografía y capricho

AutorMario Abner Colina

MÉXICO.- Roma, el nuevo largometraje de Alfonso Cuarón, es para el mexicano, a mitades iguales, una autobiografía y un capricho.

"En esta película no me preocupé en una cuestión narrativa, me preocupé en tratar de recuperar memorias desde el punto de vista emocional", asegura.

Desde tiempo después de Los Niños del Hombre, su cinta de ciencia ficción de 2006, quería contar la historia del México en el que creció.

"El 80 por ciento, 90, de la película, nace de memorias, de eventos que yo fui testigo. Parte de la obsesión de esta película era reproducir esos momentos al detalle. Era, en primer lugar, tratar de absorber la esencia de los lugares. Eso quiere decir rodar en los lugares donde esta historia sucedió", cuenta Cuarón.

Y esa necesidad volvió sumamente complicada una producción en apariencia pequeña respecto a otros proyectos previos, como Gravedad o Harry Potter y el Prisionero de Azkaban.

Rodó en la calle de la Colonia Roma donde creció. Y la casa que fue su locación la convirtió en una calca de aquella en la que fue niño. Hasta rastreó por diferentes estados de la República muebles que fueron suyos.

También hubo escenas en una hacienda que Alfonso visitó en su infancia. Y una secuencia en la calzada México-Tacuba, por la Matanza de Corpus Christi.

"Para mis amigos de producción, eso fue más que un reto. Fue insoportable", bromea.

Quien tenía que resolver esos requerimientos fue el diseñador de producción, Eugenio Caballero (El Laberinto del Fauno). Un reto titánico es una...

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