¿Qué es y qué no es el externismo? Respuesta a los comentarios de Diana I. Pérez y Mariela Aguilera.

AutorBarceló, Axel
CargoSimposio del libro Sobre el an

[What Is And What Is Not Externalism. Responses to Comments from Diana I. Pérez and Mariela Aguilera]

Me emociona mucho poder continuar el diálogo con mis colegas sobre la estructura de nuestros conceptos y agradezco mucho a Fernando Rudy y al resto del equipo de Diánoia por haber organizado esta mesa redonda.

  1. El externismo no es un inferencialismo

    Me gusta la manera en que Diana Pérez inserta mi externismo en la tradición inferencialista, según la cual "cada concepto está constituido por el conjunto de inferencias a las que da lugar, que autoriza o prohíbe" (Pérez 2021). Hace quince años no dudaba en confesarme inferencialista y me da gusto ver que todavía se me notan las raíces. En efecto, cuando en 2008 publiqué mi análisis de los patrones inferenciales que ahora se encuentran en el corazón de mi libro, lo hice explícitamente en el marco inferencialista, y éste aún me parece muy útil para entender mi externismo. Sin embargo, no quiero que el externismo que propongo se interprete como un tipo de inferencialismo, justo porque nunca llegué a afirmar que todo el contenido de todos los conceptos está determinado por completo por sus relaciones lógicas con otros conceptos. No me interesa tanto si hay algo más que decir sobre los conceptos además de sus relaciones con otros conceptos o no, sino más bien qué significa precisamente decir que un concepto se relaciona lógicamente con otro. En este sentido, mi externismo es fundamentalmente una teoría de las relaciones conceptuales, no una teoría sobre el contenido de los conceptos, sino sobre su estructura.

    Según cierta ortodoxia a la que apela Diana Pérez, el análisis conceptual puede ser suficiente para dar cuenta total del contenido de ciertos conceptos--los menos, los sincategoremáticos, como las constantes lógicas--pero no de otros--la mayoría, los categoremáticos, como mesa o vaca, pues éstos tratan de decirnos algo, no sólo sobre otros conceptos, sino sobre cómo es el mundo--. Según Pérez, "hay conceptos cuya estructura involucra también relaciones [¿inferenciales? ¿evidenciales? ¿criteriales?] con experiencias que algunos consideran no conceptuales" y por ello me recomienda extender mi inferencialismo más allá de las relaciones entre conceptos para incorporar mecanismos que permiten la aplicación de los conceptos al mundo.

    En efecto, en mi libro reconozco que es posible que el análisis conceptual externista que propongo no logre dar cuenta total del contenido de todos los conceptos, pero no quise comprometerme con que la distinción entre los conceptos cuyo contenido es completamente analizable y aquellos que no corresponda con la vieja distinción entre términos categoremáticos y sincategoremáticos o con cualquier otra que ya esté en el acervo actual de distinciones. Esto se debe a que la pregunta que nos hace la doctora Pérez es compleja y profunda: ¿cómo se relaciona el contenido inferencial de un concepto con la manera en que se aplica ese concepto en el mundo? Es decir, ¿cuál es la relación entre el contenido de un concepto y su estructura? De lo que no parece haber duda es que la respuesta debe encontrarse entre dos posiciones extremas:

    (E) Inferencialismo radical: La manera en que un concepto se relaciona con el mundo está completamente determinado por su contenido inferencial, es decir, cuando se habla de conceptos no hay diferencia real entre forma lógica y contenido.

    (Q) Quietismo: La manera en que un concepto se relaciona con el mundo de una expresión es completamente independiente de su contenido inferencial.

    Para el inferencialista radical, el total del contenido de todo concepto es completamente analizable, es decir, está completamente determinado por sus relaciones lógicas con otros conceptos. Una vez que hemos analizado por entero un concepto, una proposición, o una representación, es decir, una vez que hemos definido un concepto a través de sus relaciones con otros conceptos, sabemos tanto cómo se usa como a qué corresponde en el mundo. De esta manera, cualquier aspecto del contenido puede rastrearse en su estructura inferencial.

    En el otro extremo, el quietista sostiene que ningún análisis de un concepto puede arrojar información alguna sobre cómo se relaciona éste con el mundo; que las relaciones entre el mundo y los conceptos son independientes de las relaciones conceptuales. Llamo a esta posición "quietismo" porque se ciñe al dictum del Tractaus (Wittgenstein 1997) de que la aplicación de nuestros conceptos al mundo no puede describirse o analizarse, sino que, a lo más, se muestra en su uso.

    Hoy en día, sería difícil encontrar algún filósofo que sostenga alguna de estas dos posiciones tan radicales. Más bien parece que la posición correcta debe encontrarse en algún punto medio entre el quietismo y un inferencialismo tan radical. Por ejemplo, si pensamos que, aunque no lo determina por completo, el contenido inferencial de un...

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