'Es la hija de todos'

Esperanza parece sonreír. Es como si fuera consciente del inmenso amor que deja en todo el personal médico, mientras que ellos con una mano abarcan su pequeña cabeza y reflejan una ternura incomparable en las miradas.

En el área de prematuros del Hospital General de Zona No. 67 del IMSS nunca habían tenido a una bebé con una historia similar: abandonada recién nacida en un baño de la Clínica No. 66 del IMSS, en Apodaca, y trasladada de emergencia a ese nosocomio.

Nació el 17 de diciembre del año pasado, pesando 900 gramos y midiendo 36 centímetros. Con todos los factores en contra, Esperanza dejó claro que viviría. Y hoy, ya de 3 meses, pesa 2 kilos 670 gramos y mide 48 centímetros.

La bautizó el Arzobispo Rogelio Cabrera y la llamó Esperanza; luego las enfermeras le agregaron Ángela, nombres que resaltan en el pastel de quequitos que le mandaron hacer para despedirla.

METRO publicó el 22 de febrero la lucha de la pequeña, quien ayer fue dada de alta del hospital y entregada a Verónica de Jesús Muñoz, subprocuradora de la Defensa del Menor y la Familia del DIF NL, para ser llevada al Centro Capullos.

Entre lágrimas, sonrisas, bendiciones y aplausos, la bebé salió en calma, vestida de rosa.

"Es la hija de todos, porque aquí hubo participación de todos: médicos, enfermeras, nutriólogas, trabajadoras sociales. Unió a la gran familia de este hospital", dice Verónica Lara...

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