Es dramaturgo cronista social

AutorLorena Jiménez

El dramaturgo observa, crea y plasma; sus obras, dedicadas a la situación social y política actual, podrían no solo conseguir que el espectador tome conciencia, sino también inducirle a la agitación de la verdad.

Sin embargo, el realismo social en teatro es limitado y entorpecido por aquellos que tienen el poder.

Éste, el lugar del dramaturgo en la sociedad y los vetos para que exprese la realidad, fueron los temas centrales de la mesa redonda de ayer en el Laboratorio de Arte Variedades (LArVa).

La ponencia fue liderada por Celine Delbecq, Jorge Fábregas, Emile Lansman y Alberto Villarreal, como parte de la Semana de la Dramaturgia Contemporánea, en su edición número 13.

"Desde el punto de vista social, el teatro tiene esta posibilidad de reflejar realidades. Actualmente el teatro busca fomentar mentes críticas", expresó Fábregas, autor de "Viaje de...

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