Es la fe su consuelo

AutorFélix Barrón

Todos los días a las 19:00 horas, en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Avenida San Jerónimo, Virginia Buenrostro ofrece una misa por sus hijos, secuestrados desde noviembre del 2010.

La misa la ofrece por su pronto regreso.

"Para que Dios los proteja", expresa Virginia, madre de Jocelyn Mabel y David Joab Ibarra Buenrostro, de 27 y 28 años de edad, respectivamente.

"Porque a pesar del camino de tantos obstáculos, de tantas espinas, quiero que ellos tengan fe en Dios y de que les llegue nuestro amor. Para que no se desanimen donde quiera que los tengan", dice la mujer, quien también fue víctima de secuestro.

En la misa también se pide por José Ángel Mejía Martínez, de 28 años, novio de Jocelyn, y por Juan Manuel Salas Moreno, de 41 años, chofer de la empresa familiar. Ellos también fueron secuestrados.

"La fe me ayuda mucho a mí para poder estar un poco más alegre, pero también para poder transmitirlo a mis otros hijos, familiares y esposo. Nos da fuerza para seguir adelante todos los días", expresa Virginia.

Así es su plegaria, como la de muchas otras familias que viven el horror del rapto de un ser querido.

POR APOYO ESPIRITUAL

Ante la ola de secuestros que ha azotado la Ciudad, familiares de desaparecidos y secuestrados se han acercado a los templos católicos y evangélicos en busca de apoyo espiritual.

En la Parroquia de Santa Lucía, en la Colonia Buenos Aires, es recurrente la oración por los desaparecidos.

"En las intenciones se pide por la liberación de tal persona que desapareció o, incluso, se pide por la salud de esta persona que desapareció", menciona un sacerdote.

Lo mismo ocurre en la Parroquia María Madre de la Iglesia, donde las intenciones para el buen regreso o la salud de los desaparecidos se han dado cada mes.

En las jornadas de oración de la misma iglesia aparecen peticiones y actos de fe con el mismo fin, indica un sacerdote de la parroquia ubicada en el segundo sector de la Colonia Valle Verde.

"Este mes recibí uno y el mes pasado también", dice.

"Se trata de gente que viene y directamente te lo dice (que es por un secuestrado), que pedimos por esto o que lo anoten en una intención", dice.

"Pero creo que es sólo los que se han animado a hacerlo, porque hay muchos más".

A veces las peticiones son más veladas y no mencionan que se trata del sufrimiento y desesperación por tener un familiar secuestrado.

Por ejemplo, a la Parroquia de San Lucas Evangelista llegan familias solicitando una petición en misa por una...

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