Ernesto Sánchez Proal / El bigote de Dalí

AutorErnesto Sánchez Proal

En una de las salas de un pequeño museo ubicado sobre la costa de la bahía de Tampa, cuelga una pintura poco conocida de Salvador Dalí: La desintegración de la persistencia de la memoria. En ésta, el extraordinario artista ilustra cómo una de sus más famosas obras, La persistencia de la memoria, se atomiza en pequeños bloques y parece desaparecer. El Museo Dalí de San Petersburgo, en Florida, alberga una numerosa colección de sus pinturas que abarcan todas las épocas del artista.

Pero la memoria de Dalí no se desintegra, persiste intacta a juzgar por el revuelo que caracterizó la reciente decisión judicial de proceder con la exhumación de sus restos, ocurrida hace algunos días en Figueras, Cataluña. Se ha dicho que este acto en sí mismo sería una manifestación más del surrealismo que el genio expresó en vida a través de su arte. Aunque las motivaciones de la Fundación Gala-Dalí, que se opuso terminantemente a la exhumación, parecerían para el observador pragmático más motivadas por la titularidad de las regalías que por el respeto al eterno descanso de Dalí, es probable que el mismo pintor si pudiera hablar hoy los apoyaría aun si su motivación fuera principalmente materialista, dado su declarado amor al dinero, superado sólo por el que le tenía a Gala.

En el mismo San Petersburgo, pero más al norte, está la casa matriz de uno de los más grandes fabricantes de hardware de alta tecnología del mundo, que entre los miles de productos que realiza incluye la manufactura de grandes sistemas de almacenamiento de información que finalmente servirán como la memoria de grandes empresas y de la sociedad misma a través de servicios como los de Google, Amazon o Dropbox. Por cierto, estos sistemas se fabrican en una de sus plantas en México, específicamente en Jabil Guadalajara, ciudad en donde otro gigante manufacturero, Foxconn, también produce grandes sistemas de almacenamiento de información; la base material de la nueva memoria colectiva.

Contrario a desintegrarse, esa memoria de base tecnológica se integra y se fortalece continuamente. Tanto así que cada vez...

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