Ernesto Sánchez Proal / Agnósticos y escépticos

AutorErnesto Sánchez Proal

En su libro "The Medea Hypothesis" el doctor Peter Ward, reconocido paleontólogo de la Universidad de Washington y astrobiólgo en la NASA, plantea que el planeta Tierra no se comporta como una madre buena, como lo dice James Lovelock en su hipótesis "Gaia", sino todo lo contrario: al igual que el personaje Medea, que en la tragedia de Eurípides es una madre que mata a sus propios hijos, la vida en la Tierra tiende al suicidio.

Sustenta su hipótesis con la evidencia de que, de las cinco extinciones masivas ocurridas en los 3 mil millones de años de historia biológica del planeta, todas, excepto una, han sido originadas por seres vivos. La alarmante disminución de la biodiversidad y la biomasa en los últimos años es una muestra irrefutable de que estamos ya en proceso de la sexta extinción masiva en la Tierra, esta vez, clara y contundentemente provocada por esta especie de primate que se salió de control en número y tiene la impresionante capacidad de alterar rápida, eficiente y letalmente el medio ambiente.

Si la vida está encaminada a la destrucción, ¿por qué preocuparse de cualquier cosa?, ¿por qué levantarse cada día a trabajar y esforzarse por un proyecto fallido, un futuro que no existe?

Veamos algo más: en 1973, con motivo del 500 aniversario de Copérnico, el eminente físico australiano Brandon Carter acuñó el término "Principio Antrópico" como una reacción en contra del "Principio Copernicano", que reza que las condiciones físicas son iguales en todo el Universo, y por lo tanto la Tierra, y en consecuencia el hombre, no tiene ningún lugar privilegiado en el Cosmos.

El Principio Antrópico establece, después de un análisis de las leyes fundamentales de la física y la evolución del Universo, que estas leyes y los valores de las variables fundamentales están finamente sintonizadas para que en este Universo exista la vida -y en consecuencia el hombre-.

Estas "coincidencias" son realmente impresionantes: por ejemplo, un pequeñísimo incremento en la fuerza "fuerte" (una de las cuatro fuerzas fundamentales) habría convertido todo el hidrógeno en helio en el Universo primitivo, recortando significativamente el tiempo de existencia de las estrellas e impidiendo la formación de agua, ambos factores esenciales para la vida. Esto es, el...

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