Ernesto Diezmartínez / Conmovedora

AutorErnesto Diezmartínez

Antes de que inicie Coco, la infaltable música con la que se presenta toda cinta animada de la casa Disney es tocada con mariachi.

No nos recuperamos de la sorpresa y los directores Lee Unkrich y Adrian Molina nos recetan un inventivo prólogo narrado con banderines de papel picado.

En estos espléndidos minutos iniciales, hasta el espectador más escéptico habrá bajado la guardia.

El inquieto niño Miguel sueña con ser un cantante como el legendario y ya fallecido Ernesto de la Cruz, pero su familia le ha prohibido acercarse a una guitarra: todos recuerdan que el odiado tatarabuelo abandonó mujer e hija para ser músico.

Por supuesto, Miguel no se da por vencido y en pleno 2 de noviembre entra en la capilla de su ídolo para robarle su guitarra, lo que provoca que el chamaco entre a la tierra de los muertos, en donde está toda su familia fallecida y, claro, su admirado cantante.

Coco tiene la estructura clásica de El Mago de Oz (Fleming, 1939): he aquí a un Dorothy mexicano -con todo y carismático perrito Toto xoloitzcuintle- que se escapa a un mundo mágico para descubrir que todo lo que busca lo tiene en su casa, con su familia.

La mirada turística es inevitable -ese México lleno de colores- pero la riqueza de la animación es, para variar, apabullante.

Es claro que los realizadores se saben en terreno minado, así...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR