Enviado espacial

(Embargada para sitios de internet hasta las 24:00 horas locales)Aquellas tardes con El MaromeroPor Rodolfo RosalesEL UNIVERSALA Jorge Paéz lo conocí en 1988 y de inmediato surgió una buena relación, por su forma franca y abierta...Bajito de estatura, cirquero de profesión y amante del buen humor, Jorge llevó esa forma tan suya a los cuadriláteros, donde muchos lo criticaban, pero él los callaba con su rendimiento sobre el ring."Yo tengo mi jale en el circo de mi abuelita, soy maromero (acróbata), de eso me mantengo, pero me gusta más el boxeo", declaró en su primera entrevista hace ya 23 años, al lado de ring del ya desaparecido gimnasio México, a un costado de la arena México, en la colonia Doctores.Ese día la plática duró casi dos horas y me gustó su forma franca, abierta y honesta al hablar de sus necesidades y sus sueños."Me caíste bien", me dijo y luego soltó una sonora carcajada. "Cuando sea campeón mundial y pelee en Las Vegas, te voy a invitar, vas a estar en primera fila". Y sí, Jorge cumplió su palabra. Primero ganó el título pluma de la Federación Internacional de Boxeo al norteamericano Calvin Grove, en marzo de 1989, en la Plaza de Toros Calafia, allá en su natal Mexicali y aunque en ese tiempo el CMB no le daba crédito a la FIB por ser su competencia, Páez demostró con sus puños su valía en el pugilismo.Y llegó su defensa contra Troy Dorsey, en febrero de 1990, en el Hotel Hilton. "Te acuerdas que te dije que íbamos a ir a Las Vegas, pues ya está" y nos fuimos.Allá, con buenos dólares en la bolsa, producto de sus cuatro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR