Entrevista / Francisco Rico / Borra el 'Quijote' pecados de Rico

AutorSilvia Isabel Gámez

Hay vocaciones que no se anuncian. El día en que Francisco Rico llegó a la Facultad de Letras de la Universidad de Barcelona sintió que aquella era su casa. "Castellan o viejo", creció entre catalanes sin querer mezclar las dos lenguas. "Quizá de ahí viene mi interés de filólogo".

Galardonado este año con el Premio El Colegio de México Alfonso Reyes, Rico es un trágico que anda siempre de buen humor, alguien con fama de perverso. "Eso es porque me gusta tomarle el pelo a la gente", dice el director de la Biblioteca Clásica de la Real Academia Española, donde ingresó en 1986.

Autor de ediciones críticas de clásicos como el Lazarillo de Tormes y El caballero de Olmedo, estudioso de la literatura latina de Petrarca, asegura tener buena memoria para la textura verbal y los detalles lingüísticos, que analiza con una perspectiva histórica.

"Tendemos a leer como si las palabras tuvieran el sentido que tienen en nuestro tiempo. Y eso no es verdad. Cuando uno las devuelve a su contexto primitivo descubre muchas cosas".

Como su afirmación de que no existe un primer párrafo del Quijote.

Claro. El Quijote, como casi todos los libros de la época, está escrito prácticamente sin puntuación, y desde luego sin distinción de párrafos. El Quijote es un libro dicho, hablado, más que un libro escrito.

¿Cuál es la razón de que vuelva siempre a Petrarca?

Pues, como tantas cosas, por curiosidad. Petrarca no es un personaje que me sea simpático. Era mala persona, odioso, egoísta, pero empecé a estudiarlo cuando tenia 19 años, y cuantos más problemas resuelves, más problemas nuevos se te presentan. A lo largo de estos 50 años de estudios sobre Petrarca puedo decir que he aportado una nueva cronología.

¿Es el trabajo que lo ha dejado más satisfecho?

Satisfecho no me deja ninguno y me dejan todos, porque no publico nada que no me guste. Yo he sido malo, como Petrarca, pero he hecho una obra buena en esta vida, que es la edición del Quijote, de la que han circulado más de 3 millones de ejemplares. Pensar que he hecho leer a los hispanohablantes el Quijote es lo que me puede salvar en el Juicio Final ante el Señor.

Ha contado que por un momento descubrió quién era Laura -la amada de Petrarca- y luego lo olvidó, ¿no lo habrá soñado?

Es posible, me lo he preguntado muchas veces. Una vez creí entenderlo todo y luego se me olvidó. No tomé nota, o sí, pude haberlo soñado. Laura era la madre de los dos hijos de Petrarca, y al mismo tiempo es un símbolo del laurel como...

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