Entrevista / Richard Sennett / La ciudad verde vs. ciudad sana

AutorVíctor Juárez

Los días del Covid-19 han sido de reflexión para el sociólogo Richard Sennett, desde su semiconfinamiento en Londres.

Con la pandemia que hasta esta semana terminó con la vida de más de 190 mil personas en el mundo e infectó a casi 3 millones, unas de las ideas del urbanista se confrontan con la realidad del encierro al que prácticamente todas las metrópolis del mundo están sometidas en mayor o menor grado.

Sennett (Chicago, 1943), quien escribió sobre "ciudades abiertas" --abiertas a la participación ciudadana a crear comunidades y a armonizar la infraestructura y el comportamiento de habitantes--, se encuentra ahora con un dilema inesperado: que la idea de una "ciudad verde" y sustentable no sea enteramente compatible con la idea de "ciudad sana", sometida a los dictados del distanciamiento social.

En entrevista con REFORMA el 13 de abril, el autor de "Construir y habitar" (2019) advirtió sobre posibles avances del poder estatal y la normalización del control autoritario con motivo del "gran confinamiento", así como la necesidad de replantear la lucha contra el cambio climático, la pauperización de los estados de bienestar y, en particular, de los sistemas de salud, así como de la marcada inequidad entre ricos y pobres y hasta de la poca idoneidad, en su opinión, del Modelo Centinela para detectar las infecciones.

¿Qué nos dice la crisis de la forma en que funcionan las ciudades?

Estamos viviendo una especie de experimento para comprobar cómo la tecnología va a mantener a salvo a las clases medias, mientras que la gente pobre de las ciudades, los obreros, no tiene manera de trabajar en línea, así que hay una gran división entre la clase trabajadora que tiene que estar físicamente haciendo el trabajo (como en la construcción y la recolección de basura).

La crisis da una nueva dimensión de complejidad a esta relación. Como asesor de la ONU (Cities and Climate Change) he trabajado en cómo hacer más ecológicas a las ciudades y que éstas enfrenten la crisis ambiental, pero esta crisis nos impone un conflicto entre lo que es "verde" y lo que es "sano", por ejemplo, en el caso de la densidad.

Me explico: hemos apostado por el transporte masivo con tanto dinero como es posible y este tipo de transporte pone a la gente en contacto directo, lo cual es ecológicamente bueno (sacarlos de los automóviles), pero puede que ya no sea considerado saludable, por lo que tendremos que reinventar formas de mover a grandes cantidades de personas sin condenarlas...

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